El ple de l’Ajuntament de Benifallet (Baix Ebre, Tarragona) aprovà recentment participar en el projecte Stolpersteine del Memorial Democràtic de Catalunya, que consisteix en la col·locació de llambordes commemoratives de les víctimes del nazisme, i es disposa a fer un homenatje a quatre veïns del municipi que van patir els rigors dels camps de concentració.
Entre ells trobem Joaquim Cid Passanau, president del Comitè Català d’Ajut a Euskadi durant la Guerra Civil i actiu col·laborador de la resistència basca contra el primer franquisme, qui va ser internat en el poc conegut camp de Norderney, situat a l’illa normanda de Aurigny, evacuada pels britànics després de la caiguda de França en els primers compassos de la Segona Guerra Mundial i ocupada pels alemanys l’estiu de 1940.
En estos días en que las
banderas, que todo lo envuelven, han tapado un homenaje de la Generalitat de
Catalunya a las víctimas deportadas a Mauthausen,
me han venido a la cabeza unos cuantos sindicalistas de Pestaña que pasaron por
los campos nazis: Benigno Bejarano, Joaquín Cid, etc.
Menos conocidos son dos hombres que formaron parte del equipo de la Inspección General para la Evacuación de Heridos de Guerra junto a José Robusté, Francisco Gómez de Lara y Eduard Pond Prades, entre otros, y que logró evacuar a más de 10.000 enfermos, de un total de 20.000, desde los Hospitales de Sangre y de Campaña de Cataluña hasta la frontera francesa. Pons Prades los cita en la mayoría de sus escritos; no quería que sus nombres se perdieran en el olvido: Tomás Bargés Piñol y José Calvet Febrer.
En su recuerdo.
TOMÁS BARGÉS PIÑOL
Tras la toma de Siétamo, tras el coronel Villalba.
Natural de Monistrol de
Montserrat (Bages, Barcelona).
Cuando comenzó el golpe de Estado de julio de 1936, fue uno de los jóvenes libertarios que se alistó en las milicias. El 27 de julio se marchó a Aragón junto a otros compañeros de partido para unirse a la columna del capitán de Artillería Eduardo Medrano. Entre ellos estaba José Robusté, futuro comisario general de la unidad, con quien coincidió de nuevo en el hospital La Alianza de Barbastro, adonde fueron trasladados por heridas tras la toma de Siétamo (Huesca), los días 4 y 5 de agosto de 1936.
En el extremo izquierdo de la imagen, mientras el comandante Medrano informa al coronel Villalba de los detalles de la toma de Siétamo.
De vuelta en Barcelona participó
en labores del partido, en concreto en una Asesoría Jurídica encargada de dar
forma legal a las incautaciones. Lo
encontramos también en el Congreso Regional del PS de Cataluña, celebrado en
mayo de 1937.
A finales de 1937 Robusté fue
nombrado subcomisario general de guerra en sustitución de Pestaña, gravemente
enfermo, y Bargés se convirtió en su ayudante. ¡Y vaya si lo fue! Una noche,
luchando de nuevo en el frente, aquél quedó herido en zona enemiga y fue
rescatado por Tomás. También intervino en la liberación de Pons Prades, a punta
de pistola, de su cautiverio en un chalet del SIM (inteligencia militar).
Tras terminar las labores de
evacuación de heridos hasta la frontera francesa, pasó al país vecino. Cuando
empezó la Segunda Guerra Mundial se enroló en el XIV Regimiento de Marcha de la
Legión Extranjera del Ejército francés, donde fue nombrado oficial de morteros,
operando en la región de Lorena, al oeste de la conocida línea de defensa
Maginot.
Allí cayó prisionero tras la ofensiva alemana del 10 de mayo de 1940. Fue internado en un oflag o campo de prisioneros para oficiales franceses, de donde intentó escapar varias veces. Después fue trasladado al stalag o campo de prisioneros de Rawa-Ruska, en Ucrania, de donde desapareció.
JOSÉ CALVET FEBRER
José Calvet Febrer.
Nació en Benicarló (Castelló)
alrededor de 1914.
Cuando empezó la Guerra Civil se
marchó voluntario a Aragón. Según su hermana, no pertenecía entonces a ningún
partido político, sino que su afiliación al PS fue gracias al contacto con
Medrano y Robusté en la zona de Siétamo. Sin embargo, en los primeros compases
del conflicto encontramos a un Calvet, de Benicarló, organizando una columna de
la CNT-FAI para defender la zona y, llegado el caso, atacar Teruel, e
intercambiando armas y municiones con militantes del PS llegados desde
Barcelona.
Pasó por la Escuela de Guerra de Pins del Vallés (Barcelona), de la que salió con el grado de teniente. En la batalla de Teruel ascendió a capitán por méritos de guerra. Fue herido a causa de un bombardeo aéreo.
Tras la batalla del Ebro acompañó
al secretario general del PS, José Sánchez Requena, en su viaje de regreso a
Valencia por carretera.
Refugiado en Francia al terminar la guerra, se alistó en un Batallón de Marcha y luchó en la campaña contra los alemanes en 1939-1940. Hecho prisionero en junio, y tras pasar por varios campos franceses y alemanes, fue llevado al campo de Mauthausen (Austria). Quienes estuvieron con él afirmaron que era una persona alegre, optimista y solidaria; pero, mal curado de sus heridas de la Guerra de España, no soportó las malas condiciones de la reclusión y enfermó. Por ello fue trasladado por los SS, como el resto de prisioneros que caían enfermos, al komando (unidad de trabajo) del campo de concentración de Gusen I, anexo al campo principal de Mauthausen, donde murió el 15 de enero de 1942 a los 28 años de edad.
En 2016 el Ayuntamiento de Benicarló y la Asociación Amical de Mauthausen le rindieron un homenaje en su localidad natal.
José Calvet, a la derecha, junto a un grupo de milicianos castellonenses.
FUENTES:
– “Congreso del Partido
Sindicalista. Sesión de la tarde”, La
Vanguardia, 23-5-1937, Barcelona, p. 5.
– “Memoria del Comité regional de Cataluña presentada en el
Primer Congreso de la Federación Catalana del Partido Sindicalista”. Centro Documental
de la Memoria Histórica. PS-BARCELONA, 1470, 3.
– PONS PRADES, Eduard (1974): Un soldado
de la República. Madrid: G. del Toro.
– PONS PRADES, Eduard (1995): Morir por la libertad. Españoles en los campos de exterminio nazis.
Madrid: Vosa.
– PONS PRADES, Eduard (2005): Realidades de la Guerra Civil. Mitos no, ¡hechos! Madrid: La Esfera de los Libros.