Layret visto por Pestaña en la prensa republicana catalana

(Traduccción)

Recordamos haber leído en algún sitio, para atenuar el efecto de la occisión, que Layret era el abogado incondicional de la Organización, y que en este cargo se amparaba para fines políticos y partidistas.

Con la afirmación más rotunda podemos negar tal supuesto. No es cierto. Y no pudo serlo por múltiples razones.

Layret intervino en múltiples procesos contra la Organización, porque ésta fue a pedírselo. Él nunca lo solicitó. Fue la CNT quien requirió sus servicios de abogado. Hay que decir, en honor a la verdad, que acudió tantas veces como fue requerido, y otras tantas aceptó sin necesidad de ruegos ni insistencias. La verdad, pues, es que Layret no era abogado de la Organización, sino un abogado que intervenía en sus procesos cuando para ello  era requerido. Que no es lo mismo.

En cuanto a que aprovechara el cargo de abogado para intervenir en las cosas de la Organización, tampoco es cierto. Quizá sea el único abogado que no lo ha hecho. En su despacho, y esto es algo que han afirmado siempre los que hablaban con él, raramente, y sólo de manera accidental, se hablaba de otra cosa que de la causa que llevaba a los comisionados. Algo que se explica perfectamente.

Hombre sensible, de una delicadeza excesiva, le habría parecido inoportuno e incorrecto aprovechar su ventajosa situación profesional en beneficio propio o de su partido. En la vida no faltan hombres a quienes repugnaría aprovecharse de situaciones parecidas, y Layret era uno de ellos.

Por esto, cargarle la responsabilidad de actos que no cometió, tanto por delicadeza personal, como porque las circunstancias lo determinaron así, no es piadoso que digamos tal cosa, y mucho menos todavía porque tal afirmación puede hacer dudar de la honradez de la intención que lo caracterizaba.

En este aspecto de las relaciones que tuvo con la Organización, no se desprende nada que pueda empañar su proceder. Obró siempre desinteresadamente. Defendió a los procesados cuando fue requerido para ello. No intentó nunca subyugar juntas ni individuos en benificio y provecho de su credo político y partidista.

Esta forma de proceder, la más lógica y razonable, sólo ha sido imitada por excepciones honradísimas. No obstante, sólo a Layret se le ha reprochado tan insólito procedimiento.

El restablecimiento de la verdad, y no otra cosa, es lo que hoy nos mueve a decir lo que decimos.

Las ‘Doce pruebas de la inexistencia de Dios’: un folleto muy popular en España hasta 1939

Ser Histórico

Obra del pedagogo, escritor, divulgador y filósofo anarquista francés Sébastien Faure (Saint-Étienne, 1858 – Royan, 1942), las Doce pruebas de la inexistencia de Dios es una conferencia publicada enFrancia en 1914, y que en España se leyó muchísimo hasta la Guerra Civil.

Nacido en el seno de una familia muy católica de clase media, Faure fue enviado a estudiar con los jesuitas, con quienes llegó a hacer un noviciado de dieciocho meses en Clermont-Ferrand. Sin embargo, la muerte de su padre en 1875, a quien había prometido abandonar la idea del sacerdocio para hacerse cargo de la familia, le llevará por caminos inesperados.

Después de dedicarse al comercio y de entrar como inspector en una compañía de seguros, con un año de servicio militar de por medio, Faure perdió la fe y comenzó su compromiso con el socialismo. Tanto fue así que “Sébast” fue candidato del guesdista Partido…

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Ángel Mª de Lera (1912-1984)

Ser Histórico

El 23 de julio de hace ahora 36 años moría en Madrid el periodista, escritor y sindicalista libertario Ángel María de Lera García.

Vino al mundo en Baides (Guadalajara) porque allí trabajaba su padre, médico rural. Y por lo mismo se trasladó a Membrilla y más tarde a Fuente del Fesno, localidades de Ciudad Real donde pasó su infancia hasta que en1920 se marcharon a Lanciego (Álava). Su madre, María Cristina, era hija de Máximo García Gil, juez de instrucción y de 1ª instancia.

Siendo todavía un niño ingresó en el Seminario Menor de Vitoria. Allí cursó estudios de Latín y Humanidades hasta que a los 17 años una crisis religiosa le hizo abandonar la idea de ser sacerdote. Su profesor de Literatura despertó en él el gusto por las letras y ya compuso entonces La conquista de Granada, un drama en verso dividido en tres actos, además de…

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Un bulo que se resiste a morir

Por Jesús Aller | 10/06/2020 | Fuente: rebelión.org

Un día de febrero de 1934, dos hombres, acompañados de algunos amigos, acuden a la cita que han concertado en el café Glaciar del barrio gótico de Barcelona.

Uno de ellos es Ángel Pestaña, anarcosindicalista curtido en mil luchas sociales que acaba de ser expulsado de la CNT y acaricia el proyecto de formar un partido político; las disensiones internas lo han apartado de la confederación sindical que ha sido la gran pasión de su vida y de la que fue elegido secretario general en un par de ocasiones. El otro hombre es José Antonio Primo de Rivera, el carismático jefe del fascismo español. Es él quien ha solicitado la reunión y pretende más que nada sondear la posibilidad de adornar su partido recién fundado, Falange Española, con lo que éste más precisa: una figura proletaria de lustre y renombre…

Continúa en https://rebelion.org/un-bulo-que-se-resiste-a-morir/

Silvio Santiago (1903-1974)

Silvio Santiago (Vilardevós, Ourense, 1903 – Santiago de Compostela ,1974), escritor y militante anarcosindicalista, afiliado al Sindicato de Dependientes de Comercio de Coruña, ciudad a la que llegó en los años 20. Socio del Centro de Estudios Sociales (CES) Germinal.

Próximo a las ideas republicanas, se desencantó con la II República y se afilió a la CNT. Alineado con la corriente moderada, y a través de su amigo José Villaverde, comienza la correspondencia cruzada con Ángel Pestaña, resultando su afiliación al Partido Sindicalista en 1934. Desde abril de este año colabora junto a Leandro Carré Brandariz y Manuel Fernández en la elaboración de los estatutos del nuevo partido en Coruña y publica artículos en los periódicos Sindicalismo (Barcelona) y Trabajo (órgano del PS de la agrupación herculina.)

Hasta la Guerra Civil sigue relacionado con los militantes moderados de la CNT, quienes lo consideran «culto, entusiasta, con buenas orientaciones y mejores iniciativas». Destaca su amistad con José Prego, líder de la Federación local, gerente de la Tipografía Obrera y empleado de la fábrica de gaseosas La Unión.

Junto al sindicalista Marcial Villamor. Fuente: nomesevoces.net


Iniciada la guerra –que acaba con la vida de su hermano Jacinto, director de La Garra— es detenido y encarcelado en Verín y en la prisión de Coruña; pero consigue zafarse y huye a Portugal a comienzos de abril de 1937, desde donde se traslada a Cuba al año siguiente. Desde La Habana continuará en contacto, mediante Federica Montseny, con José Prego, quien se había refugiado primero en Asturias y después en Barcelona, donde dirigirá la revista libertaria Umbral.

En 1939 se trasladará a Venezuela, país en que residirá durante dos décadas. Se ganó la vida escribiendo artículos en la prensa venezolana, obteniendo el premio a la mejor crónica (1942) y el Premio Nacional de Periodismo (1943). Se mantuvo afecto a la subdelegación de la CNT favorable a las tesis de la CNT del interior (1946). Sin embargo, pronto virará hacia un galleguismo militante: fundó el Centro Galego de Caracas, impulsó el Lar Gallego y dirigió la Casa de Galicia, así como un programa de radio (Tiempo de Galicia) y varias revistas, como Galicia, que intentó mostrar su ideal de comunión galaico-venezolano. Fue, además, uno de los promotores do del volumen Homaxe da Galicia Universal, dedicado al escritor y político Ramón Otero Pedrayo.

Nunca repudié la CNT, aunque no concordase con sus directivos

Silvio Santiago


Pronto se convirtió en un mecenas de la cultura. Parte del dinero de las contribuciones de las sociedades de emigración junto con aportaciones propias las enviaba a Galicia. Gracias a ellas se fundó la editorial Galaxia, la Fundación Penzol y el diccionario de Eladio Rodríguez. Asimismo, logró que acudieran a Venezuela para conferenciar ilustres como Camilo José Cela, Eduardo Blanco Amor, Domingo García Sabell, Francisco Fernández del Riego o el propio Otero Pedrayo.

Fuente: La Opinión

Regresó a España a comienzos de los años 60, convertido en millonario galleguista. Su sorprendente Mercedes sirvió como tapadera original de numerosas reuniones clandestinas de anarquistas en Coruña, tercos en sus sueños de resurrección confederal.

En 1961 se reveló como un escritor con la publicación de Vilardevós, una novela autobiográfica de su juventud, una verdadera galería de personajes y anécdotas en que se forma una imagen de fondo de la aldea que le da título. En poco tiempo pasó a ser un clásico de la narrativa gallega.

Vivirá en Vilardevós hasta su muerte, que se produjo en Santiago de Compostela en septiembre de 1974.

Debido a la censura, hasta tres años después de su muerte no pudo publicarse O silencio redimido. Historia dun home que pode ser outro, novela en que el autor relata los acontecimientos relacionados con la Guerra Civil. Ganó el Premio de la Crítica en 1977.

Hoy dos calles, en Verín (foto) y Vilardevós, llevan su nombre



Fuentes:


– Freán Hernández, Óscar (2006), El movimiento libertario en Galicia. La Coruña: Edicios do Castro.

– Íñiguez, Miguel (2008),  Enciclopedia histórica del anarquismo español. Vitoria: Asociación Issac Puente.

– Rodríguez, Manuel, «Un galleguista de ultramar», La Opinión, 22-7-2012, A Coruña. Disponible en https://www.laopinioncoruna.es/galicia/2012/07/22/galeguista-ultramar/629874.html.

– Santos Santos, María-Cruz (2012), Ángel Pestaña “Caballero de la Triste Figura”. Stuttgart: Editorial Académica Española.

https://gl.wikipedia.org/wiki/Silvio_Santiago



Antonio de Hoyos y Vinent

Antonio de Hoyos y Vinent de la Torre, Marqués de Vinent (III), Madrid,1882-1888 – 11.VI.1940. Escritor.

Segundo de los hijos de Isidoro de Hoyos y de la Torre, marqués de Hoyos y Grande de España, y de Isabel Vinent y O’Neill, marquesa de Vinent y dama noble de la reina María Luisa. La exposición de su biografía, cuajada de incógnitas aún no resueltas, comienza a hacerse patente en 1895, cuando su padre fue nombrado embajador español en la Corte de Austria-Hungría y la familia se trasladó a Viena, donde permaneció hasta 1898, y Antonio ingresó en el colegio teresiano de la capital austríaca, en el que, según recordaba, se inició en la literatura componiendo “cuentecillos” no exentos del candor propio de la edad. Su educación se completó posteriormente en Oxford y en Madrid…

Escrito por María del Carmen Alfonso García para la Real Academia de la Historia DBE (pincha aquí para seguir leyendo la entrada original)

José Mª Miranda de Sardi (1899-1936)

Al poeta chipionero, José Miranda de Sardi, no le dejó tranquilo el franquismo ni después de muerto. Así lo avala la documentación del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, quien lo estuvo investigando por masón hasta 1948, doce años después de su muerte.

Hijo de José Miranda Tirado y Francisca de Sardi Landa, nació en 1899 en la calle Marqués de Mochales, en el seno de una familia de pequeños agricultores. Era el tercero de cuatro hermanos: Teodoro, Manuel, José y Francisca. Por entonces Chipiona era un pequeño municipio que rondaba los 4000 habitantes, dedicados casi exclusivamente a la viticultura, por lo que un mal año de vendimia se traducía en hambre para los trabajadores…

Escrito por Sebastián Guzmán Martín para Todos… los nombres_ (pincha aquí para seguir leyendo la entrada original).

Foto de una cena de la Agrupación de Cádiz donde estaba Miranda de Sardi. Publicada en el diario El Progreso. Fuente: fernando-sabido-andalucia.blogspot.com

Francisco Caminero Rodríguez

La primera noticia que encontramos de él es que en junio de 1930 estaba asociado a la recién creada Liga Nacional Laica, organización pro derecho de cada persona a tener y exteriorizar sus ideas en materia religiosa y sus derivaciones (la muerte, los cementerios y otros aspectos de la vida que monopolizaba la Iglesia).

De la CNT. Miembro de la Junta de Defensa de Madrid, creada por el general Miaja en sustitución del gobierno durante el asedio de las tropas sublevadas a la capital.

Francisco Caminero (primero por la izquierda) en la Junta de Defensa de Madrid, junto a Santiago Carrillo (centro, con gafas), Miaja (5º drcha) y el cenetista Amor Nuño (3º drcha), entre otros.

Francisco Caminero ya había representado al Partido Sindicalista (en adelante PS) en el Comité de funcionarios del Frente Popular, creado a comienzos de septiembre del 36. También fue miembro de la Junta de Defensa consultiva formada ese mismo mes por Largo Caballero, y junto al representante de Izquierda Republicana, permaneció en la de Miaja como delegado del partido encargado del área de Evacuación.

En noviembre figura inscrito en el 2º Batallón del Noveno Regimiento de milicias (Ángel Pestaña).

Poco después, a comienzos de diciembre, pasará a encargarse de la Consejería de Servicios del Frente, cuyos cometidos más importantes serán la recuperación de bienes en casas abandonadas y los servicios postales. En mayo de 1937 es Capitán del Ejército y Jefe del Departamento de la Zona Batida de Madrid.

Francisco Caminero (izqda) con Enrique Capdevila y Antonio Perxés Costa (sentado drcha)

Ingresó en Solidaridad Internacional Antifascista (SIA) en junio de 1938, avalado por la CNT.

Autor de Revisión de programas. ¿Qué es la democracia? ¿Qué es la política? Introducción al Plan Constructivo de la Revolución Española (Madrid: Rivadeneyra, 1938), conferencia leída el 11 de julio de 1938 en la sede del PS.

Fuentes: 

– Centro Documental de la Memoria Histórica, DNSD-SECRETARIA,FICHERO,9, de C0033993 a C0034000.

– Montagut, Eduardo,»El manifiesto de la Liga Nacional Laica de 1930″, laicismo.org, 13-6-2018. Disponible en https://laicismo.org/el-manifiesto-de-la-liga-nacional-laica-de-1930/ (consulta: 10-5-2020).

El Liberal, 3-9-1936, Madrid.

Mundo Gráfico 3-2-1937, Madrid.

–  La Libertad, 20-10-1937, Madrid.

Edmundo González Acebal (1897-1988)

Edmundo González Acebal (Gijón, 23 de noviembre de 1897 – Madrid, 10 de enero de 1988), escritor, periodista y crítico taurino. Estudió la carrera de Náutica en el gijonés Instituto Jovellanos alcanzando el título de piloto de la Marina Mercante en Cartagena (Murcia), profesión que abandonará más tarde.

Aparece inscrito en el Centro Republicano de Gijón. Posiblemente, masón. A comienzos de abril de abril de 1931 participa en la campaña electoral para las municipales dando mítines republicanos por diversas localidades asturianas (Llanes…).

En verano de 1932 lo encontramos en Madrid, donde participa como orador en actos del Partido Izquierda Radical Socialista, cuyas juventudes presidirá. Durante 1933 serán frecuentes sus conferencias en el Ateneo Republicano Radical Socialista de la Prosperidad, y a final de año empieza a colaborar en el diario republicano madrileño La Tierra. Sus actividades como orador y periodista se mantendrán hasta 1936, ya como vicesecretario del partido.

Tras el golpe de Estado de julio de 1936 se afilió al Partido Sindicalista. Formó parte del Comité Local del partido en Madrid, dando numerosas conferencias y participando en actos y mítines. Y colaboró en El Sindicalista, vocero nacional de dicha formación.

El 20 de noviembre de 1936 ingresó en las milicias confederales, y en diciembre aparece en la nómina del 2º Batallón de la Región Centro. También se adhirió a Solidaridad Internacional Antifascista (SIA) y al Socorro Rojo Internacional (SRI).

Acude al Pleno del Comité Nacional ampliado de regionales de junio de 1937, en Valencia, en representación de Castilla. Secretario político en 1937, y Secretario General del Comité Local de Madrid del PS en el verano de 1938, convertido ya en Comité Regional con jurisdicción también sobre Guadalajara, Toledo, Cuenca y Ciudad Real.

Homenaje a Pestaña en el Teatro Fuencarral de Madrid, febrero de 1938. Interviene la actriz Carmen Seco. Detrás, en segunda fila, de izquierda a derecha: José García Pradas, Edmundo González Acebal, José Robusté, Eduardo Paz Samper (?) y Antonio Perxés Costa.



Al terminar la guerra fue encausado. Se dedicó años más tarde al periodismo y a la literatura, colaborando en la prensa española, portuguesa e iberoamericana. Especializado en temas taurinos, escribió muchos artículos y ensayos, al tiempo que pronunciaba conferencias por toda España. Fue presidente del Club Taurino Madrileño y fundador y primer presidente de la Asociación de Clubes Taurinos. En 1962 organizó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid el Primer Congreso Internacional Taurino y unas Alforjas de la Poesía en el Teatro Lara de la misma capital dedicadas a la Edad de Oro del Toreo, seguidas de un gran banquete en el Retiro, presidido por Juan Belmonte, Rafael el Gallo y Vicente Pastor. Además, fue subdirector de la revista Venezuela Taurina y de Fiesta Brava, programa de la televisión venezolana.

Entre sus obras destacan las tituladas: El pase natural : origen, evolución, crítica (1956); Grandeza y servidumbre de la crítica taurina (1956); Gloria y desventura de Valencia en el toreo (1958); Bombita y Machaquito. Una época del toreo (1958); Joselito y Belmonte. La Edad de Oro del Toreo (1961); llo y Romero. Reflexiones sobre los estilos del toreo (1962); Reglamento taurino comentado (1967).



Fuentes:
– Centro Documental de la Memoria Histórica, DNSD, SECRETARIA, FICHERO, 27, G0214898, G0214899,G0214900 y G0214902.

La Libertad, Madrid. – La Tierra, Madrid. –  La Voz, Madrid. – El Pueblo, Valencia. – ABC, Madrid.


– Oviedo Enciclopedia, disponible en  http://el.tesorodeoviedo.es/index.php?title=Edmundo_Gonz%C3%A1lez_Acebal (consulta: 26-10-2019).

Acebal durante la presentación de su libro Bombita y Machaquíto, editado en 1959 por  Ediciones Los de José y Juan. Por entonces era presidente de la Peña taurina José y Juan.

Ángel Pestaña: “Movimiento sindical y político en España”, Pravda, 1920.

El historiador Andrey Fedorov, arqueólogo especialista del Metropolitan Archaeological Bureau de Moscú, encuentra y traduce dos artículos que el anarcosindicalista leonés Ángel Pestaña publicó en el diario Pravda durante su viaje al Segundo Congreso de la Internacional Comunista, en el verano de 1920.

Es bastante conocido que Pestaña se llevó una pésima impresión de la revolución rusa en general. Lo mismo que sobre el Congreso en particular. La decepción del berciano fue tremenda al barruntar que los acuerdos allí adoptados estaban preparados de antemano. Pudo comprobar la inexistencia de actas y que no se respetaba el voto por países ni los 10 minutos de intervención de los delegados,tal y como se había acordado al principio. Además, la traductora se cansaba mucho al hablar 4 idiomas, ralentizando el ritmo, por lo que el leonés propuso el esperanto como idioma auxiliar. Nunca obtuvo respuesta.

En adelante se abstuvo en todas las votaciones y sólosubió a la tribuna para declarar que él representaba a un sindicato antipolítico. Comparando lo que presenció con el funcionamiento del Parlamento español, escribió:“Suprimamos el presidente del Congreso y pongamos en su lugar los componentes del banco azul, y tenéisorganizado un Congreso con su Praesidium” (Pestaña, Memoria al Comité Nacional de la CNT de su gestión como Delegado en el II Congreso de la Tercera Internacional, 1921).

Consideraba, por otro lado, que las normas morales que regían la conducta de los representantes extranjeros eran profundamente burguesas, lo cual no dudó en reprochar al mismísimo Lenin durante el transcurso de una entrevista:

¿Con qué derecho hablan de fraternidad esos delegados, que apostrofan, insultan e injurian a los hombres de servicio en el hotel, porque no están siempre a punto para satisfacer sus más insignificantes caprichos? A hombres y mujeres del pueblo los consideran servidores, criados, lacayos, olvidando que acaso alguno de ellos se haya batido y expuesto su vida en defensa de la revolución. ¿De qué les ha servido? Cada noche, igual que si viajaran por países capitalistas, ponen sus zapatos en la puerta del cuarto para que el “camarada” servidor del hotel se los limpie y embetune. ¡Hay para reventar de risa con la mentalidad “revolucionaria” de esos delegados!

Pestaña, Setenta días en Rusia, lo que yo vi, 1924.

El 7 de septiembre comenzará su viaje de vuelta y, tras ser detenido y encarcelado en Italia durante unas semanas, volverá a ser apresado en cuanto pise Barcelona, el 7 de enero de 1921. 

Su juicio, acorde con el parecer del anarcosindicalistafrancés Gastón Leval, asistente un año después al siguiente congreso de la Internacional Comunista en representación de la CNT, fue decisivo para que el anarcosindicalismo español deshiciera sus vínculos con la Internacional Comunista en la Conferencia de Zaragoza (1922). Sin embargo, conviene remarcar que la suya fue una decisión muy meditada; tanto fue así, que aún mantendría la necesidad de permanecer en la Internacional Comunista mientras no se encontrara otra manera más eficaz de ayudar al pueblo ruso.

Pasemos, pues, a reproducir el texto “Movimiento sindical y político en España”.

Caricatura aparecida en Mundo Gráfico en los años 30

Me gustaría describir en estas breves líneas la situación de la clase trabajadora en España, su movimiento sindical y político, para dar una idea de todo esto a los lectores de Pravda y a los trabajadores rusos.

En España, como en todos los demás países, hay dos corrientes entre el proletariado: la revolucionaria y la reformista. La primera trabaja bajo tierra y promueve la propaganda entre los trabajadores industriales y campesinos a través de la Confederación Nacional del Trabajo, una organización sindicalista-revolucionaria cuyo bastión principal se encuentra en Barcelona. Esta organización, que se basa en el punto de vista del comunismo y la lucha de clases revolucionaria, a fines de 1917 contaba con 70 mil adherentes, mientras que el último Congreso de la Confederación, celebrado en diciembre de 1919, contó con la asistencia de 525 delegados de toda España en representación de un millón de trabajadores. Así, la Confederación Nacional del Trabajo logró unir a casi toda la clase obrera de España en dos años, gracias a sus actividades y métodos de lucha.

Pero el gobierno español, alentado e inspirado por la burguesía, hizo todo lo posible para obstaculizar los éxitos de la organización sindicalista-revolucionaria; una semana después del congreso, a finales de diciembre, prohibió a la CNT y arrojó a los combatientes más populares a las cárceles, donde todavía están.

El celo con el que el gobierno español cumple su tarea, y cómo protege los intereses de la burguesía, puede juzgarse por el hecho de que más de 500 de nuestros camaradas están languideciendo en prisión, a pesar de que hemos logrado arrebatar a muchos de ellos de manos de la policía y gendarmes.

La CNT, obligada a trabajar ilegalmente debido a la persecución a la que ha sido sometida durante los últimos dos años, y dado que está prohibido trabajar legalmente, ha crecido en número, ha fortalecido su espíritu revolucionario, y así se convirtió en guía de un movimiento de liberación que difundió la clase obrera y los trabajadores de España.

Además de la CNT, en España existe la Unión General de Trabajadores, una organización sindical que se basa en el punto de vista reformista y es una rama del Partido Socialista español. Para mayor claridad, hablemos primero del Partido Socialista.

Fundado en 1890*, gozó de muy poca influencia entre el proletariado español. Si siguió existiendo, fue solo por la Unión General de Trabajadores. En los últimos años antes de la guerra, sin embargo, había crecido en número e influencia. Pero la guerra, primero, y luego la revolución rusa, mostraron cuán engañoso era el poder de este partido. Su crecimiento en los últimos años se ha hecho a expensas de los pequeños elementos burgueses, quienes, considerándose grandes demócratas, se declararon partidarios de la Entente; éstos eran la mayoría; algunos incluso hablaron a favor de la intervención, rompiendo con su pasado supuestamente socialista.

La guerra fue seguida por la revolución rusa, que produjo un efecto completamente opuesto en las filas del Partido Socialista español. El hecho de que los líderes del partido se declararan solidarios con las democracias de los países de la Entente impresionó a amplios círculos del partido, aunque no sacudió su unidad; pero cuando el partido se declaró neutral en relación con la revolución rusa, y a veces incluso la atacó, se formó una facción de izquierda, que comenzó a hacer más y más demandas al partido, insistiendo en que este último se declarara solidario con la causa de la revolución que tiene lugar en Rusia.

Pero todos los esfuerzos de estos camaradas se vieron afectados por el comportamiento del Comité Central, y en el último Congreso del partido, celebrado en Madrid en diciembre de 1919, la resolución de unirse a la Tercera Internacional fue rechazada, aprobándose la resolución de los llamados «reinstaladores» (Estrasburgo).

A partir de ese momento, una lucha feroz comenzó en las filas del partido, lo que de hecho llevó a que las Juventudes socialistas, que habían estado luchando para unirse a la Tercera Internacional, decidieran abandonar el partido y formar el Partido Comunista Español, que, desde su inicio, se unió a la Tercera Internacional.

Pero la lucha en el seno del Partido Socialista no terminó: a finales de junio, en un Congreso Extraordinario del partido, una mayoría bastante débil adoptó una resolución para unirse a la Tercera Internacional.

Y la Unión General de Trabajadores sigue al partido: hablar del partido significa hablar de ella.

En resumen, hay que decir que todas las fuerzas verdaderamente revolucionarias de España, la CNT y el nuevo Partido Comunista, deben ir de la mano en la lucha por la liberación del proletariado español.

ÁNGEL PESTAÑA

Pravda, nº163, 25.07.1920, Moscú.


* Pestaña se equivoca al fechar la creación del PSOE en 1990, ya que se fundó en 1879.