Joaquim Cid, un sindicalista català als camps de concentració del nazisme

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El ple de l’Ajuntament de Benifallet (Baix Ebre, Tarragona) aprovà recentment participar en el projecte Stolpersteine ​​del Memorial Democràtic de Catalunya, que consisteix en la col·locació de llambordes commemoratives de les víctimes del nazisme, i es disposa a fer un homenatje a quatre veïns del municipi que van patir els rigors dels camps de concentració.

Entre ells trobem Joaquim Cid Passanau, president del Comitè Català d’Ajut a Euskadi durant la Guerra Civil i actiu col·laborador de la resistència basca contra el primer franquisme, qui va ser internat en el poc conegut camp de Norderney, situat a l’illa normanda de Aurigny, evacuada pels britànics després de la caiguda de França en els primers compassos de la Segona Guerra Mundial i ocupada pels alemanys l’estiu de 1940.

Joaquim Cid. Arxiu familiar Molière-Cid

Tot i que la majoria de documents situen el seu…

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Silvio Santiago (1903-1974)

Silvio Santiago (Vilardevós, Ourense, 1903 – Santiago de Compostela ,1974), escritor y militante anarcosindicalista, afiliado al Sindicato de Dependientes de Comercio de Coruña, ciudad a la que llegó en los años 20. Socio del Centro de Estudios Sociales (CES) Germinal.

Próximo a las ideas republicanas, se desencantó con la II República y se afilió a la CNT. Alineado con la corriente moderada, y a través de su amigo José Villaverde, comienza la correspondencia cruzada con Ángel Pestaña, resultando su afiliación al Partido Sindicalista en 1934. Desde abril de este año colabora junto a Leandro Carré Brandariz y Manuel Fernández en la elaboración de los estatutos del nuevo partido en Coruña y publica artículos en los periódicos Sindicalismo (Barcelona) y Trabajo (órgano del PS de la agrupación herculina.)

Hasta la Guerra Civil sigue relacionado con los militantes moderados de la CNT, quienes lo consideran «culto, entusiasta, con buenas orientaciones y mejores iniciativas». Destaca su amistad con José Prego, líder de la Federación local, gerente de la Tipografía Obrera y empleado de la fábrica de gaseosas La Unión.

Junto al sindicalista Marcial Villamor. Fuente: nomesevoces.net


Iniciada la guerra –que acaba con la vida de su hermano Jacinto, director de La Garra— es detenido y encarcelado en Verín y en la prisión de Coruña; pero consigue zafarse y huye a Portugal a comienzos de abril de 1937, desde donde se traslada a Cuba al año siguiente. Desde La Habana continuará en contacto, mediante Federica Montseny, con José Prego, quien se había refugiado primero en Asturias y después en Barcelona, donde dirigirá la revista libertaria Umbral.

En 1939 se trasladará a Venezuela, país en que residirá durante dos décadas. Se ganó la vida escribiendo artículos en la prensa venezolana, obteniendo el premio a la mejor crónica (1942) y el Premio Nacional de Periodismo (1943). Se mantuvo afecto a la subdelegación de la CNT favorable a las tesis de la CNT del interior (1946). Sin embargo, pronto virará hacia un galleguismo militante: fundó el Centro Galego de Caracas, impulsó el Lar Gallego y dirigió la Casa de Galicia, así como un programa de radio (Tiempo de Galicia) y varias revistas, como Galicia, que intentó mostrar su ideal de comunión galaico-venezolano. Fue, además, uno de los promotores do del volumen Homaxe da Galicia Universal, dedicado al escritor y político Ramón Otero Pedrayo.

Nunca repudié la CNT, aunque no concordase con sus directivos

Silvio Santiago


Pronto se convirtió en un mecenas de la cultura. Parte del dinero de las contribuciones de las sociedades de emigración junto con aportaciones propias las enviaba a Galicia. Gracias a ellas se fundó la editorial Galaxia, la Fundación Penzol y el diccionario de Eladio Rodríguez. Asimismo, logró que acudieran a Venezuela para conferenciar ilustres como Camilo José Cela, Eduardo Blanco Amor, Domingo García Sabell, Francisco Fernández del Riego o el propio Otero Pedrayo.

Fuente: La Opinión

Regresó a España a comienzos de los años 60, convertido en millonario galleguista. Su sorprendente Mercedes sirvió como tapadera original de numerosas reuniones clandestinas de anarquistas en Coruña, tercos en sus sueños de resurrección confederal.

En 1961 se reveló como un escritor con la publicación de Vilardevós, una novela autobiográfica de su juventud, una verdadera galería de personajes y anécdotas en que se forma una imagen de fondo de la aldea que le da título. En poco tiempo pasó a ser un clásico de la narrativa gallega.

Vivirá en Vilardevós hasta su muerte, que se produjo en Santiago de Compostela en septiembre de 1974.

Debido a la censura, hasta tres años después de su muerte no pudo publicarse O silencio redimido. Historia dun home que pode ser outro, novela en que el autor relata los acontecimientos relacionados con la Guerra Civil. Ganó el Premio de la Crítica en 1977.

Hoy dos calles, en Verín (foto) y Vilardevós, llevan su nombre



Fuentes:


– Freán Hernández, Óscar (2006), El movimiento libertario en Galicia. La Coruña: Edicios do Castro.

– Íñiguez, Miguel (2008),  Enciclopedia histórica del anarquismo español. Vitoria: Asociación Issac Puente.

– Rodríguez, Manuel, «Un galleguista de ultramar», La Opinión, 22-7-2012, A Coruña. Disponible en https://www.laopinioncoruna.es/galicia/2012/07/22/galeguista-ultramar/629874.html.

– Santos Santos, María-Cruz (2012), Ángel Pestaña “Caballero de la Triste Figura”. Stuttgart: Editorial Académica Española.

https://gl.wikipedia.org/wiki/Silvio_Santiago



Pedro Corrons Cortés

Fuente: El Pueblo, Valencia, 1937.

Ferroviario de la CNT (? – Barcelona 1942). Representante de la Sección ferroviaria de Barcelona en el Congreso ferroviario de Madrid el 16 de agosto de 1932; del Comité de Relaciones de Ferroviarios en el Congreso Regional de Trabajadores de Catalunya celebrado en marzo de 1933 en Barcelona; y de los ferroviarios en el Congreso extraordinario de la FNIF en Madrid, en julio de 1933.

Siguiendo a Ricard Fornells, se afilia al Partido Sindicalista. Llegó a ser su Secretario General, elegido en el Pleno Regional de septiembre de 1937. Y el 31 de octubre de 1938 fue nombrado miembro del Comité Ejecutivo del PS.

Según el testimonio de Eduard Pons Prades, durante la huida de miles de personas
en dirección a la frontera francesa, tras la caída de Cataluña, lo encontramos entre algunos destacados militantes de la Agrupación de Barcelona (Ricard Fornells, José Marín y Celso Vallejo) que pretendían desligarse de los compromisos con el Frente Popular y quedarse en España acogiéndose a la proclama del general Franco que aseguraba que nada debían temer quienes no tuvieran las manos manchadas de sangre.

Estos militantes reacios a abandonar España fueron los mismos que meses después abandonaron los campos de concentración franceses arrastrando con ellos a tres centenares de exiliados para regresar y colaborar con la Organización Sindical franquista. Así se puede leer en el anexo de un documento firmado en Francia por Fornells en diciembre de 1940, mediante el cual delegaba en Corrons las gestiones oportunas para llevar a cabo la repatriación de sus “amigos y antiguos correligionarios” (Paz, 2001, p.60). Éstos aparecen divididos en cuatro categorías: entrados en España, desaparecidos, para repatriar y expulsados por indisciplina; y constan cuatro direcciones para contactar con ellos en Barcelona y unas cuantas más para Perpiñán y Sabadell. Una de las de la Ciudad Condal es la del domicilio de Fornells, el segundo piso de la calle Wad Ras.

Corrons fue avisado por compañeros de que la red de repatriación era una patraña. Aun así, confió en Fornells y regresó a Cataluña a comprobar lo que sucedía. Pasó la frontera con un pasaporte emitido por el consulado español en Perpiñán, pese a lo cual fue arrestado nada más llegar en la Estación de Francia por la policía y encerrado en los sótanos de la Jefatura de Policía de Barcelona. Murió al poco tiempo, en la cárcel, a causa de una tuberculosis avanzada.



Fuentes:

– Íñiguez, Miguel (2008):  Enciclopedia histórica del anarquismo español. Asociación Issac Puente, Vitoria.

– Paz, Abel (2001): CNT 1939-1951. El anarquismo contra el Estado franquista. Madrid: Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo.


– Pons Prades, Eduardo (1974): Un soldado de la República. (Itinerario ibérico de un joven revolucionario.) Madrid: G. del Toro.


– Romero Martín, Juanjo: «Pere Corrons», en Martínez de SAS, Mª Teresa y Pagès Blanch , Pelai [coords.] (2000), Diccionari biogràfic del moviment obrer als Països Catalans. Edicions de l’ Abadia de Montserrat, Barcelona, .


http://www.estelnegre.org/documents/martinezespinosa/collectivitzacions.pdf

La Vanguardia, 7.IX.1937

La Libertad, 1.X.1938.

Celso Vallejo Colet

También Golet. Carpintero anarcosindicalista. Nacido en Pons (Lleida), el 24-9-1893. Hijo de Valentín y Dolores, residió en 3er piso de la calle Tigre, nº 17.

Detenido el 9 de agosto de 1923 por un atraco junto a otros 5 compañeros (LVG, 10.VIII.1923, p. 14).  El 5 de octubre de 1923 vuelve a ser detenido junto a otros sindicalistas, entre ellos Saturnino Meca (LVG 5.X.1923, p. 4). Según la policía francesa, fue detenido también por sabotajes, huelgas y posesión de armas, y años más tarde se adhirió a la Federación Anarquista Ibérica (FAI)[1].

El 18 de julio de 1936 vivía en la calle Socorro nº 8-bajos de Sants (Barcelona). Presidente de la Agrupación local barcelonesa del PS. Da una conferencia por radio el 9 de diciembre de 1936 titulada «Afirmaciones» (LVG, 9.XII.1936, p. 4). A comienzos de 1937 pasa a presidir el Comité de Barcelona y el de la Federación catalana, ahora unificados[2]. Preside la primera sesión del Congreso Regional del PS de Cataluña, celebrado el 22 de mayo de 1937 en la sede sindicalista de la calle Puertaferrisa (LL, 22.V.1937). Vicepresidente de la Cooperativa Puertaferrisa, fundada por el PS (Santos, 2012, p. 466) y contador de la Federación de cooperativas de Cataluña por la comarca de El Barcelonés (LVG, 24.VIII.1938, p. 6).

Abandona España en enero de 1939, tras la caída de Cataluña, junto a otros miembros del partido. Según Eduard Pons Prades, se alineó con el grupito de la Agrupación local de Barcelona (Ricard Fornells, José Marín, Pere Corrons…) que pretendía desligarse de los compromisos con el Frente Popular y quedarse en España acogiéndose a la proclama del general Franco que aseguraba que nada debían temer quienes no tuvieran las manos manchadas de sangre, lo cual creó un conflicto entre compañeros en la localidad de Garriguella (Girona). Fue tal la trifulca que se formó, que José Robusté, a la sazón Inspector General de Evacuación y uno de los líderes del partido, les espetó: “Si vuelvo a oír una palabra sobre este asunto, os pondré a todos de cara al paredón”(Pons Prades, 1974, p. 319).

Estos militantes reacios a abandonar España –sigue Pons Prades— fueron los mismos que meses después abandonaron los campos de concentración franceses arrastrando con ellos a varias decenas de exiliados para regresar y colaborar con la Organización Sindical franquista. Vallejo y otros compañeros frecuentaron la embajada y el consulado español en Perpiñán para solicitar documentación que les permitiera entrar en España[3]. Fue detenido al entrar en Cataluña desde Francia por la frontera de Portbou, el 2 de agosto de 1941. Portaba salvoconducto expedido pocos días antes por el Cónsul español en Perpiñán y debía presentarse a las autoridades. Permaneció encerrado en la Prisión Celular de Figueres hasta finales de septiembre, cuando pasó a la Modelo de Barcelona[4]. Fue juzgado en consejo de guerra sumarísimo en 1942 y condenado a 14 años de reclusión temporal.

Fuente: Expdte. de frontera e investigación de Celso Vallejo Colet. ANC, AHG170-478-T2-34186.

Pons Prades fue cambiando de opinión respecto a ellos. En el informe que elaboró durante una visita clandestina a España, a finales de 1944, para el Comité Nacional del PS, instalado en Toulouse, se puede leer:

En Cataluña (Barcelona, Sabadell, Mataró, Gerona) me entrevisté con Fornells, Clará, Vallejo, Marín, Corrons (…) Aquí, como ya es sabido, varios compañeros se prestaron a colaborar con los Sindicatos Verticales –sin sacar provecho de ello personal, me consta— y la experiencia fue casi nula. Con lo de la colaboración consiguieron sacar de las cárceles a varios compañeros y esto es lo único positivo, que pagaron con el estigma de traidores. Fornells, Corrons y Vallejo volvieron a dar con sus huesos en la cárcel, ya que algunos de los soltados de la cárcel aprovecharon la ocasión para marcharse a Francia. Y otros se camuflaron… Porque en la cárcel, aunque no estuvieses condenado a muerte, se corre el peligro de que una madrugada se presente una patrulla de falangistas y te lleve al campo de la Bota.[5]

En cambio, años más tarde vinculará la trama con su negativa a abandonar España al caer Cataluña, dando a entender que por entonces ya habrían traicionado sus principios al contactar con el enemigo (1974, pp. 319-320).


Bibliografía

ÍÑIGUEZ, Miguel (2008), Enciclopedia histórica del anarquismo español. Vitoria: Asociación Isaac Puente.

PAZ, Abel (2001), CNT 1939-1951. El anarquismo contra el Estado franquista. Madrid: Fundación de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo.

PONS PRADES, Eduard (1974), Un soldado de la República. Itinerario ibérico de un joven revolucionario. Madrid: G. del Toro.

SANTOS, María-Cruz (2012), Ángel Pestaña “Caballero de la Triste Figura”. Stuttgart: Editorial Académica Española.

Webgrafía

Combatietes.es. Disponible en: https://www.combatientes.es/ListadodeProcedimientosTMT3BarcelonaV.htm (consulta: 26-1-2020).

Hemerotecas

Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España (La Libertad). Disponible en: http://www.bne.es/es/Catalogos/HemerotecaDigital/

Hemeroteca digital de La Vanguardia. Disponible en: https://www.lavanguardia.com/hemeroteca

Archivos

Arxiu Nacional de Catalunya. Centro Documental de la Memoria Histórica.


[1] Catálogo de anarquistas extranjeros (españoles). Archive Dép. Isère (Grenoble), serie M, año 1939. En ÍÑIGUEZ, 2008, p. 1756.

[2] Circular de la Federación Catalana del PS, 28-1-1937. Centro Documental de la Memoria Histórica, PS_BAR_C1470_Exp008

[3] Expdte. de frontera e investigación de Ricardo Fornells Francesc. Arxiu Nacional de Catalunya (ANC), AHG170-478-T2-29264; expdte. de frontera e investigación de Celso Vallejo Colet. ANC, AHG170-478-T2-34186.

[4] Expdte. de frontera e investigación de Celso Vallejo Colet. ANC, AHG170-478-T2-34186; PAZ, 2001, pp. 59-60.

[5] PONS PRADES, Eduard: “Informe para el Comité nacional del Partido Sindicalista (tras mi viaje clandestino a España [14-10-1944/ 11-11-1944])”. ANC, ANC1-892-T-124.

Ricardo Fornells (1895–1950), un veterano sindicalista al servicio del franquismo.

Ser Histórico

La vida de este prestigioso militante anarcosindicalista es un caso bien documentado de colaboracionismo con el bando ganador de la Guerra de España. Este vidriero y maestro de escuela, exiliado en Francia en 1939, fue uno de los organizadores de una trama de repatriación para todos aquellos que, para evitar las duras condiciones de vida enlos campos de concentración franceses que les había “acogido”, estaban dispuestos a integrarse en la Organización Sindical franquista.

UNA VIDA DE LUCHA

Ricardo Fornells Francesch (Barcelona, 1895–1950) era hijo de Raimunda y de Miguel. Tuvo la suerte de poder estudiar y cursar algunos años de Magisterio. Inteligente y buen orador, en 1914-1915 destacaba ya como prolífico publicista de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Por aquel entonces sustituyó a Jaime Aragó como maestro y secretario del Sindicato de La Pobla de Cérvoles (Lleida), tareas que lo llevaron a la cárcel.

En agosto de…

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Eduard Pons Prades (1920 -2007), por Manel Aisa Pàmpols

Hoy 28 de mayo de 2007 nos hemos despertado con una triste noticia. Eduard Pons Prades después de una larga enfermedad nos ha dejado. Moría en el Hospital de Sant Pau de Barcelona uno de esos grandes antifascistas del siglo XX que desde su juventud fue partícipe de nuestra historia contemporánea. Que ya en su madurez reflejó en al menos una veintena de libros publicados sobre la Guerra civil, la 2ª Guerra Mundial, el maquis y la resistencia al franquismo y al capitalismo, e innumerables artículos en revista especializadas de Historia Contemporáne. Y por descontado siempre, siempre, dispuesto a abrir el debate y analizar las causas de cuanto aconteció en este país.

Reproducimos aquí un artículo aparecido en Solidaridad Obrera ahora hará cerca de un año y medio.

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Eduard en 1944

 

EDUARD PONS PRADES

 El pasado mes de junio, en el paraninfo de la Universidad Central de Barcelona y organizado e impulsado por el catedrático Bernat Muniesa, se celebró un acto de reconocimiento a la persona de Eduard Pons Prades por su dilatada historia, en buena parte  testigo y actor de los acontecimientos del siglo XX que agitaron tanto nuestro país como Europa. Aunque Eduard pronto se apresuró a dejar constancia de que aquel homenaje era un homenaje a todos sus compañeros de lucha por la libertad individual y colectiva.

Al cabo de unos días, por fin, quedamos en un pequeño bar de la calle Valencia con Eduard Pons Prades como tantas otras veces lo hemos hecho, pero esta vez queremos tomar nota y allí nos lo encontramos y nos recibe con júbilo y alegría e inmediatamente la conversación se hace cada vez con más fluidez y una gran dinámica que apenas nos permite tomar buena cuenta de ello en pequeñas cuartillas.

Eduardo nació el 19 de diciembre de 1920 en la calle de Wifred del barrio del Raval, entre la calle de Ponent (hoy Joaquín Costa) y el Tigre. Hijo de emigrantes valencianos, su destino poco más o menos estaba marcado. Por aquellos días Salvador Seguí, y unos cuantos anarcosindicalistas más habían sido deportados a Mahón. Mientras que desde Zaragoza empezaban a oírse los ecos del grupo “Los Justicieros” más tarde “Los Solidarios”.

Aquella era una Barcelona obrera donde el paro era asfixiante y donde ni siquiera los jornaleros con más suerte podían saciar el hambre de sus hijos.

Su padre se había trasladado desde el pueblo de Alboraya (Valencia) a Barcelona en 1916. Tenía la profesión de ebanista siendo uno de los fundadores del Sindicato Único de Elaborar Madera, que en aquel entonces tenía su sede en la Calle San Pablo en el mismo edificio del Cine Diana  y muy cerca del Monumental (en los años del franquismo Jardines de Granada, y ahora con la democracia un pabellón deportivo). Algunos años más tarde en 1925 se pudo montar su propio taller de ebanistería en la calle Viladomat 103. Este taller lo pudo mantener con su esfuerzo hasta el advenimiento de la República, ya que fue durante esos días cuando muchos de sus clientes, en su mayoría burgueses, se enteraron de su condición de anarcosindicalista, por lo que le empezaron a rescindir los trabajos.

A pesar de todos estos inconvenientes, el padre de Eduard, que nunca había perdido contacto con sus orígenes ya que su actividad y curiosidad por los libros le había llevado a encargarse de la biblioteca de la “Casa de Valencia en Barcelona”, donde conoció a Vicente Claver, un acérrimo Republicano Federalista que con la llegada de la República iniciaría un proyecto editorialista con la Editorial Cervantes, siendo el impulsor del día del Libro en la Festividad de Sant Jordi. Así, con una enorme energía y levantando el báculo nos da cuenta Eduard: “Hasta ese día en la festividad de Sant Jordi sólo se regalaban flores”.

Después Eduard retoma el hilo de la conversación y nos habla del nuevo trabajo de su padre en los talleres de Casa Bardina en la calle Aribau 196. Allí estuvo durante un par de años y fue precisamente en este lugar donde su padre se empeñó en que Eduard aprendiera un oficio, por lo que él cada verano a partir de entonces acompañaba al padre con su caja de herramientas y barnices.

Sin embargo, la vocación de Eduard siempre fue la enseñanza, la pedagogía, y hacia ello encaminó todos sus esfuerzos estudiando en la Escola del Treball, en lo que hoy es la Escola Industrial de la calle Urgell.

Su madre, Gloria Prades Núñez, también Valenciana (Almasera), con la llegada de la República pudo entrar a trabajar de telefonista en el Palau de la Generalitat gracias a la buena amistad que había adquirido en la Modelo (1925) el padre de Eduard con Martí Barrera, por aquel entonces Conseller.

Eduard vuelve a levantar el puño con energía: El consejo de mi padre siempre era: “El millor amic un llibre”, y mi tío apostillaba “Sí, pero al costat d’una bona pistola, si no no et faran mai cas”. Sin duda su padre era un anarcosindicalista y su tío, algo más radical, estaba en las posturas faístas. Luego acabará de contarnos que su tío llevó a hombros el féretro de Durruti por toda la Vía Durruti (Vía Laietana) en aquel fatídico noviembre del 36.

Y ya algo más afligido nos comenta Eduard cómo su padre decidió quitarse la vida en marzo del 36. Sin duda se vio venir todo aquello que aconteció y decidió evitárselo.

Un poco antes del periodo republicano, Eduard solía ir a la conferencia que se organizaban en el viejo Asiàtic de la Calle Rosal, así como también años más tarde acudiría con cierta frecuencia a la Escola Racionalista del carrer La Cera nº 2, Labor Germinal, cuyo director era el francés Oliver Bertrand. Allí tuvo la oportunidad de asistir a varias conferencias que Alberto Carsi, geólogo, impartía a los jóvenes que les indicaba buenos conocimientos sobre la historia natural, tanto en geología como de espeleología.

En este punto, al recordar a Alberto Carsi no podemos más que echar mano de la memoria y describiros el primer encuentro de éste (Carsi) con el gran Astrónomo Comas i Sola que muy bien nos cuenta Sara Berenguer en su libro Entre el sol y la Tormenta:Cuando en 1904, en una conferencia que Comas dio en el Ateneu Barcelonés, se encontró con un único asistente en el público, y Comas sin desmoralizarse hizo una alocución como si la sala estuviera repleta para renglón seguido invitar al público (en este caso a Carsi) a continuar el debate en un céntrico Café de la Rambla”. Más adelante Eduard tuvo la oportunidad de volver a cruzarse en la vida de los Carsi.

Pocos días antes del 19 de julio Eduard consiguió el título de Bachiller.  Después del 19 de julio, ilusionado como tantos otros jóvenes de la época, estuvo colaborando activamente en las labores de colectivización del Sindicato de Elaborar Madera que en aquellos días estaba en la calle Diputación 195. Allí estaba Joaquina Dorado de Secretaria del Sindicato. También se ocuparon otros locales como la Iglesia de St. Madrona de Pueblo Seco, que servía de almacén, y se le encargó al Sindicato de Construcción para que junto a esta Iglesia se edificara un pequeño edificio para cubrir las necesidades del sindicato. Se destruyó el Campanario de la Iglesia porque éste servía de punto de mira o referencia a la aviación fascista que perseguía puntos clave como podía ser la central eléctrica del Paralelo.

Sin embargo, Eduard quería ir al frente, pero por su edad le era imposible; así que decidió falsificar su identidad y pudo presentar una documentación en la Escuela de Guerra.

Existían tres campos de entrenamiento de la Escuela Popular de Guerra: en Pins del Vallés (San Cugat del Vallés), Xàtiva y Escorial de la Sierra. Hacia esta última población le mandaron el 20 de agosto del 37, y después de tres meses de formación recogió el título de Sargento de manos del poeta Miguel Hernández, que en aquel entonces era Comisario político de la 46 División, que tenía su Estado Mayor en el Escorial.

Listo para entrar en combate fue enviado a la 105ª Brigada Mixta, que dependía de la 3ª División, en el sector de Guadarrama Occidental, entre los pueblos de Valdemorillo y Zarzalejos, Allí tuvo su bautizo de fuego en diciembre del 37, y después trasladado a Brunete /Quijala cuando el frente poco menos estaba establecido y sólo había pequeñas escaramuzas.

En marzo del 38 tuvo su primer permiso, por lo que se trasladó a Barcelona, vía Valencia y Tarragona. Una vez en Barcelona se fue a visitar a sus compañeros del Partido Sindicalista, que en ese momento tenían la sede en la Rambla junto a los Almacenes Sepu, cuando hubo un bombardeo que afectó varias casas de la calle del Carmen, por lo que se requisaron los coches que en ese momento habían en un corto perímetro. Eduard, aunque nunca había conducido, se hizo con un coche aparcado en la puerta del Partido y se puso al servicio de Evacuación de heridos para transportarlos, en este caso los más leves, hasta el consultorio de la calle Sepúlveda.

El 17 de marzo del 38, cuando el bombardeo fascista en Barcelona alcanzó un camión que trasportaba trilita a la altura de la Gran Vía / Balmes destruyendo 7 u 8 edificios y sembrando de cadáveres toda la zona, él se encontraba en ese preciso momento en la gasolinera de la Ronda Universidad/ Pelayo y la fuerza expansiva de aquel impacto volcó el automóvil y a Eduard lo arrastró más de 50 metros quedando sin sentido. Recobró el conocimiento al cabo de dos días en el Hospital Militar, que en aquella época se encontraba todavía en la calle Tallers. El diagnóstico además de las fuertes contusiones fue de desplazamiento de órganos por lo que estuvo casi un mes en el hospital, concretamente el 15 de abril del 38 recibía el alta médica, pero entonces no pudo volver a la 105 Brigada Mixta porque la Zona Centro ya había quedado aislada de Cataluña, por lo que se presentó en Guisona donde se instruía a los miembros de la Quinta del Biberón. Allí conoció a Joan Llarch, que también daba instrucción a los jóvenes recién llegados, y entre sus soldados de quinta Llarch tenía a Antoni Samaranch hasta que éste en un descuido logró pasar al bando de la España fascista.

La Quinta del Biberón que instruyeron entró en bautizo de fuego con la 60 División en el frente del Segre, en Balaguer, batalla que duró del 25 de abril al 3 de mayo, en la disputa de un montículo que controlaba la zona “El Cerro del Merengue” en el municipio de Sant Romà d’Abella, y luego por un tiempo el frente quedó estabilizado aunque los fascistas llegaron a ocupar un barrio del extrarradio de Balaguer conocido como “La Barceloneta”.

El 24 y 25 de julio del 38 se inicia la ofensiva del Ebro. Eduard atraviesa el río en barca el primer día en la tercera remesa de hombres que cruzan el río. La Batalla duró hasta el 16 de noviembre y nos asegura que hubo 5 ofensivas republicanas y lo que se conquistó en una semana a los fascistas les costó 104 días recuperarlo. Después lo de siempre: el desaguisado de las armas, los barcos rusos y checos llegaban hasta el puerto de Burdeos y después en tren hasta la frontera Puigcerdà, pero este último tramo era un calvario y Francia hacía todo lo posible para que no llegaran, y nunca llegaron. Si no otro gallo hubiera cantado en la Batalla del Ebro.

Después la desbandada, aprovechando el carnet de cuando conducía la ambulancia, se presentó a Josep Robusté Parés, que era el Inspector General de Evacuación, y fue encargado junto a otros compañeros para la evacuación de heridos por todos los Hospitales desde Barcelona hasta la Frontera francesas. Así es como desde el 15 de diciembre del 38 al 10 de febrero del 39 consiguieron sacar del país a 10.300 heridos. Los últimos que recuerda fueron 15 heridos Internacionales que se encontraban la noche del 9 al 10 de febrero en un hospital improvisado en Garriguella.

Él salió de Cataluña por Port Bou en marzo del 39, unas horas antes de que los fascistas llegaran al paso fronterizo. Una vez en Francia, aprovechando la documentación de herido de guerra, tuvo la suerte de que lo mandaran al hospital de Carcassone donde estuvo 12 días.

Allí una familia valenciana que hacía tiempo ya vivía en Francia y que ya hacía unos meses se había hecho cargo de sus hermanos, lo reclamaron, así que se fue a vivir con ellos a  Bloumac (cerca de Carcassone) donde trabajó de “oficial porquero”  cuidando cerdos en la campiña.

Este mismo año toma los primeros contactos con el ejército francés y con el maquis, y al año siguiente colabora en el grupo “Solidaridad Española”.

En 1942 ingresa en los grupos de acción de la resistencia española del Aude. Es responsable coordinador de los diferentes grupos guerrilleros españoles junto a Manolo Morató y Tomás Martín hasta los últimos combates por la liberación de Francia en Agosto de 1944.

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Colaborando incluso con los grupos de evasión tanto de Ponzán como de Manolo Huet (éste último había sido uno de los “Nanos de Eroles” de la Barcelona revolucionaria) y ahora en Francia se dedicaba a salvar vidas de judíos y de aliados por vía marítima. En esta Francia ocupada por el nazismo tuvo la oportunidad de salvar de las garras de la Gestapo a su maestro Alberto Carsi, que estaba perseguido por anarquista, masón y judío.

El 14 de octubre del 44 entró por primera vez en clandestinidad a España visitando Euskadi, Oviedo, Madrid, Valencia y Barcelona hasta el 11 de noviembre para ver cómo se encontraban los compañeros del Partido Sindicalista.

Luego volvió de nuevo a España pero esta vez la suerte no le acompañará y el 5 de enero de 1946 será detenido cuando se disponía a volver a Francia con un guía del grupo de Quico Sabater: el guía pudo escapar cerca de Puigcerdà, pero él fue conducido a Pont de Molins donde estaba el Servicio de Información del Ejército.

Eduard llevaba unas notas en la pierna entre las hojas de un periódico de la época El Español. En un momento del viaje pidió ir al monte para hacer de vientre y aprovechó para desprenderse de los papeles manuscritos que portaba, pero otra pareja de guardia civiles que los iba siguiendo los recuperó y al llegar a Pont de Molins  se encontró con los papeles encima de la mesa del comisario.

De allí lo enviaron a Salt, donde de maestro de la cárcel estaba  Josep Pallach  y ambos estudiaron una estrategia para que él llegara a Barcelona con unos días de fiesta de por medio. Así es como llegó a Barcelona un día antes del 26 de enero, fecha en que el franquismo celebraba la “liberación” de Barcelona.

Pudo escapar gracias a un primer soborno que debía servir como fianza mientras llegaban todos los informes, pagado por el hermano de Alberto Carsi, Ricardo al inspector de policía de vía Layetana que no conocía todavía los informes, sobre su peligrosidad.

Inmediatamente Eduard marcha hacia Valencia donde tenía familiares que lo recogieron. Y allí pudo refugiarse por un tiempo, antes de volver a partir hacia Francia hasta el año 1962, cuando de nuevo vuelve a España, concretamente a Extremadura, de donde era su compañera, y allí sobrevivir como tantos otros ibéricos.

A pesar de todo no esperó a la muerte del Dictador para empezar a increpar por aquí y por allá. Empezó a escribir y a editar algún que otro libro que luego con la “democracia” se acentuaría aún más en un intento desde siempre de ser fiel a la memoria más reciente de un pueblo.

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Y desde entonces sigue ahí, con su testimonio fehaciente de que la Libertad fue posible pero que de alguna manera esa osadía de tomar la Libertad la hubieron de pagar con creces.

                                                                                              Manel Aisa Pàmpols

 

Tomado de http://barcelona.indymedia.org/newswire/display/306578/index.php (6-1-2019)

Natividad Adalia: ferroviario, cincopuntista y maldito.

Ser Histórico

Natividad Adalia Cardillo (Madrid, 1901 – 1966), ferroviario anarcosindicalista, es otro de aquellos casos en que el desconocimiento de su figura ha venido alimentando su condición de réprobo hasta el extremo. A falta de vaciar la documentación de archivo existente, sobre todo procedente de procesos judiciales, un breve repaso a la prensa de la época y al testimonio del novelista Ángel Mª de Lera nos puede ayudar a reconstruir su trayectoria política y sindical más allá de juicios –y prejuicios— personales.     

Durante la Dictablanda del general Berenguer, en verano de 1930, ya aparece como vocal del grupo reorganizador de los ferroviarios madrileños adeptos a la CNT en aras de su legalización.[1] Y en el Congreso extraordinario del Conservatorio, acontecido en Madrid un año después, a comienzos de la II República, participa como delegado confederal del Sindicato Único de Ferroviarios de la Zona Centro.[2]

Son años de dura…

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José María Carnicero, dibujante (1911 – 1950)

José María Carnicero. Fuente:
Fuente: tebeosfera.com

José María Carnicero Hernández (Madrid, 1911 – Badalona, 1950) era hijo de José Carnicero Rodríguez, un arquitecto modernista, político republicano y concejal del Ayuntamiento de Madrid, y de Elena Hernández Brotons.

 


Entrevista de Jordi Artigas a su nieta Paula Carnicero, Mirasol, 22-3-2018. Fuente: http://www.lamemoriadelsdibuixants.cat

De joven lo encontramos en El Escorial junto a su familia, donde dibuja y vende retratos y caricaturas a otros veraneantes. En 1930 expondrá en el casino de la localidad, donde abundaron dibujos de políticos y escritores.  

Entre 1924 y 1926 colaboró en la revista de viñetas La Sombra, y durante los años republicanos dibujó en el semanario satírico, antimonárquico y anticatólico La Traca (Valencia), ambos del sello Carceller. También trabajó para el escenógrafo, decorador y director artístico de cine y teatro alemán Sigfrido Burmann, ayudando en las escenografías.


Fuente: valenciaplaza.com

Según el expediente del Consejo de Guerra sumarísimo que lo juzgó al terminar la Guerra Civil, se significó en la huelga general de Octubre de 1934, y cuando estalló la guerra estaba afiliado al Partido Comunista.


Fuente: valenciaplaza.com

Sin embargo, pertenecía al Partido Sindicalista. En octubre de 1936 lo encontramos como miliciano en el 2º Batallón del Regimiento Ángel Pestaña nº 9, compuesto originariamente por afiliados al sindicalismo político. Además, fue uno de sus principales cartelistas y trabajó en sus principales diarios: Mañana, El Pueblo y El Sindicalista (del que ya formaba parte del Consejo de Redacción en agosto de 1936).


Carnicero, 1937.

Cuando acabó la guerra estaba en Valencia. Partió entonces hacia casa de unos amigos de la familia que vivían en La Coruña para que lo acogieran, pero lo delataron al enterarse de que era de izquierdas. Enseguida intentó salir de España, por lo que se trasladó a Madrid, donde logró documentación falsa con la intención de entrar en una embajada.


Carnicero, 1937.

El 30 de abril fue detenido por sus antecedentes políticos y condenado a 30 años de prisión por delito de adhesión a la rebelión militar en juicio sumarísimo oficiado en Valencia el 10 de junio de 1940:

[por publicar] en el semanario La Traca dibujos e historietas en los que se insultaba a los invictos Generales del Ejército Español para la publicación de los cuales se entendía directamente, según sus propias manifestaciones, con el Vicente Miguel Carceller.[1]

Es el mismo proceso que condenó a muerte a Carlos Gómez Carrera Bluff y Vicent Miquel Carceller. Carnicero en total sólo cumplió 3 años de prisión en el monasterio de San Miguel de los Reyes de Valencia. Se le conmutó la pena por destierro, por lo que no pudo regresar a Madrid, se instaló en Badalona y tuvo que presentarse mensualmente ante las autoridades.

Durante su reclusión ilustró el cuento infantil Tilín, escrito por el cenetista José Pellicer para su hija Coral poco antes de ser fusilado, junto a su hermano Pedro, el 8 de junio de 1942. Aunque la niña, de 5 años, pudo despedirse de su padre días antes del fusilamiento, será el tercer hermano, Vicente, quien le entregue el cuento en mano algún tiempo después. Contiene textos donde José le cuenta a su hija que ha atrapado una estrella que cuidará de ella cuando no esté.

Dibujo en Tilín. Fuente: Miguel A. Fernández (Fundación Anselmo Lorenzo)

Ya en libertad, pudo trabajar desde 1943 en los dibujos animados del largometraje Garbancito de la Mancha (1945), elaborado en los estudios Balet & Blay; en concreto fue codirector técnico, encargado de las ilustraciones hechas por un equipo de 30 dibujantes. Asimismo, es posible encontrar dibujos suyos en el primer número de los Cuentos Ilustrados Infantiles (1944), del sello Prisma, y portadas de El Zorro para la Editorial Mateu. Publicó también siete números del tebeo infantil Polilla y su cabra maravilla, muchas ‘auques’(estampas) por encargo para comercios y fiestas mayores (barrios de Gracia y Sants), y dibujos en la revista conmemorativa del 50 aniversario del Fútbol Club Barcelona.


Carnicero, Jaime Parera, Edith Frank y Rosa Galcerán en los estudios de Balet y Blay (1944). Fuente: Colección Jordi Artigas.

Un mes de 1949 no se presentó al juzgado, por lo que fue encarcelado en la Modelo de Barcelona. Allí enfermó y falleció a los 38 años. No pudo acabar un cortometraje de dibujos animados en que estaba trabajando. Probablemente sus restos estén en el cementerio de Badalona.

Tuvo una hija en 1938, llamada Elena, y un hijo, Jose María, nacido en 1942 y fallecido ochos años después.


Aventuras de Polilla y su cabra Maravilla, cuento ilustrado. Fuente: todocolección.net


FUENTES:

  • BARRERO MARTÍNEZ, Manuel (2015): Sistemática de la historieta. Aplicación al caso de la historieta y el humor gráfico en Sevilla: 1864-2000. Sevilla: Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla.
  • CANDEL, José María (1993): Historia del dibujo animado español. Murcia: Editora Regional de Murcia.
  • CHAVES, Óscar: “Represión. Resiliencia. Redención: artistas en las cárceles en los años cuarenta”, en Catálogo de la exposición Campo Cerrado. Arte y poder en la posguerra española. 1939 – 1953. Madrid: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2016.
  • Entrevista de Jordi Artigas a Paula Carnicero, en La memòria dels dibuixants. Disponible en https://vimeo.com/268785084 (consultado el 27-2-2019.)
  • Información aportada por Miguel A. Fernández, de la Fundación Anselmo Lorenzo, donde conservan una copia digitalizada del cuento Tilín.
  • Ficha de José María Carnicero Hernández. Centro Documental de la Memoria Histórica, DNSD-SECRETARIA, FICHERO, 10, C0075477.
  • SANTOS, María-Cruz (2012): Ángel Pestaña “Caballero de la Triste Figura”. Stuttgart: Editorial Académica Española.
Postal de 1936

Agradecemos a Jordi Artigas su amabilidad y la aportación de fotos y vídeo.

NOTA:

[1] Expdte. depositado en el Archivo General e Histórico de Defensa de Madrid. En CHAVES, Óscar: “Represión. Resiliencia. Redención: artistas en las cárceles en los años cuarenta”, en Catálogo de la exposición Campo Cerrado. Arte y poder en la posguerra española. 1939 – 1953. Madrid: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2016, p. 165. Desconocemos su signatura.

José Sánchez Requena (1899-1946)

   José Sánchez Requena (Utiel, 1899 – Valencia, 1946), trabajador de los altos hornos del Puerto de Sagunto y militante de la CNT. En plena II República fue  uno de los fundadores de la Agrupación valenciana del Partido Sindicalista (PS) de Ángel Pestaña. Durante la Guerra Civil ocupó diversos cargos tanto en la ciudad como en la provincia de Valencia. Partidario del golpe de Casado, en los últimos días de la contienda se trasladó a Madrid para ocupar la secretaría del Consejo Nacional de Defensa. Condenado a muerte,  encarcelado y liberado poco antes de morir, su nombre aparece mezclado en unas supuestas relaciones con falangistas adeptos al franquismo con el fin de lograr su colaboración y la de otros sindicalistas con la Organización Sindical del régimen.

 

Fuente: Archivo familiar

De su infancia nada se conoce. A finales de 1919 llegó al puerto de La Coruña a bordo del vapor Venezuela procedente de Cuba, de donde se le expulsó junto a otros españoles por considerarlo pernicioso para el orden por el Gobierno de la República.[0]  De vuelta a Utiel, es probable que aquel joven alto y corpulento acudiera al Puerto de Sagunto en busca de empleo en la naciente industria de la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo (CSM), cuyo primer horno alto se instaló allí en 1923.

 

Volvemos a encontrar su nombre a raíz de la grave crisis económica de comienzos de los años 30, que afectó también a la siderurgia saguntina. Fue tal la gravedad del asunto, que fue necesario buscar la mediación de las autoridades de Madrid en las negociaciones entre empresa, obreros y Ayuntamiento de Sagunto. Y así, en 1933, Sánchez Requena presidió la Comisión de empleados y obreros de la CSM que viajó a la capital de la República.[1]

El sindicato mayoritario en la zona era la CNT, por entonces dividida por las discrepancias entre una mayoría de los obreros siderúrgicos que mantuvieron una posición radical-faísta y los moderados del Centro Sindicalista, entre los cuales estaba Sánchez Requena. De hecho un año antes, en 1932, la mayoría de los cenetistas había boicoteado una conferencia que iba a dar Ángel Pestaña, líder treintista[2], con ocasión de su estancia en el Puerto.[3]

Como dato curioso, la primera Agrupación del PS que se formará en la provincia de Valencia será, junto con la de la capital, la del Puerto de Sagunto[4]. Estamos ya a comienzos de 1935.

En la campaña de las elecciones generales de febrero de 1936, adscrito el PS a la coalición del Front d’Esquerres (Frente Popular), mitineó en actos por el Levante peninsular.[5] Tras su triunfo, decretada la suplantación de concejales gubernativos del bienio negro, el PS logró representación en los Ayuntamientos de Valencia y Puerto de Sagunto. A nivel provincial, Sánchez Requena fue designado por el PS para formar parte de la Comisión Gestora de la Diputación.

Comenzados la Guerra Civil y el proceso revolucionario, se incorporó al Comité Ejecutivo Popular en Valencia capital y representó a su partido en la Gestora de la Diputación de Valencia como delegado de Justicia y Orden público. Desde comienzos de agosto, se planteó la necesidad de reorganizar la justicia popular (tribunales populares y Juzgados de urgencia) y emprendió una profunda reforma en toda el área, comenzando por el cese de funcionarios, entre ellos el Inspector General de Prisiones y varios magistrados.[6] También fue Gobernador civil interino de Valencia.[7]

Dentro de su partido, formó parte del grupo de militantes sindicalistas que durante aquellas semanas llevó a cabo una intensa campaña de propaganda por Levante: Ángel Pestaña, Prudencio Caja, José Sanchís, Vicente Lliso, Fernando Vela, Francesc Fenollar, Francisco F. Lucas, Ángel Mª de Lera y Elvira Boluda.

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Orador en mitin multitudinario del Frente Popular. Mestalla, Valencia, 24-8-1936.

 

En los primeros días de 1937, creado el nuevo Consejo Provincial, fue nombrado consejero de Justicia. Solicitó entonces la cesión de competencias al Ministro García Oliver, pero le fue denegada. Asimismo,  participó en el Consejo Municipal de Valencia.

Delegado por la ciudad de Valencia al Pleno provincial del PS celebrado los días 27 y 28 de febrero de 1937, fue elegido Presidente del Comité provincial. Era un momento de expansión del partido: la Agrupación local de Valencia sumaba más de un millar de afiliados de un total de 3600 representados de 25 localidades.[8] En junio entró a integrar el Comité nacional del PS en calidad de Secretario de Propaganda.

 

En la madrugada del 26 de noviembre de 1937, el coche en que viajaba desde Barcelona a Valencia sufrió un extraño accidente a la altura de Benicásim: un disparo de un guardia de control de carreteras entró por la parte de atrás del vehículo y atravesó el cráneo de su acompañante y camarada Fernando Vela, matándolo en el acto. Posiblemente se tratara de un atentado; durante aquellas semanas el ambiente se enrareció en extremo en la zona republicana; Sánchez Requena acababa de ser destituido de su puesto al frente de la delegación del ministerio de Justicia, relacionado con la expulsión del POUM del Frente Popular unas semanas antes, acusado de encabezar una conspiración.[9]

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Comité nacional del PS en noviembre de 1937 (de frente, a la izquierda). Poco después fue elegido Secretario General del PS.

A comienzos de 1939 se marchó al frente:

Hasta ahora que han llamado a mi quinta, consideré que yo tenía autoridad para desempeñar mi cargo, recibiendo en mi despacho visitas de deudos o allegados de combatientes de mi partido para darles la respuesta que procediera en cada caso. De ahora en adelante ¿con qué autoridad podría hacerlo y resolver sus problemas cuando otros hombres de mi edad y aún mayores, en cumplimiento de la llamada de la Patria han tenido que abandonar sus hogares para ir a ocupar un puesto en las trincheras? […]

Por esto, simplemente lo he hecho, y creo que es tan natural que debiera ser natural en sí, que no hubiera de darse importancia alguna, como yo tampoco se la doy.[10]
En marzo de 1939, durante el golpe de Casado contra el gobierno de Negrín,  Sánchez Requena fue nombrado –a propuesta de Miaja- Comisario general de Policía de Valencia y su provincia. El día 14 se trasladó a Madrid para tomar posesión de la subsecretaría de la Presidencia del Consejo Nacional de Defensa[11], órgano que debía encargarse de negociar la paz con los facciosos. Wenceslao Carrillo, socialista –padre de Santiago Carrillo- y compañero de Sánchez Requena en el Consejo de Defensa, escribió de él que por entonces era “persona grata a los nacionalistas”.[12]

Y es que nuestro protagonista había sido modelo de rectitud y sentido humano; contrario a los excesos del comienzo de la guerra, ayudó a muchos detenidos que se encontraban bajo la amenaza de una muerte arbitraria y sin posibilidad alguna de defensa. Fue él, según José Rodríguez Olozábal, a la sazón Presidente de la Audiencia Territorial de Valencia, quien más decididamente contribuyó a parar los desmanes del Tribunal de la Sangre en Valencia[13], y no Juan García Oliver, como éste presume en sus memorias[14]. Sonadas fueron también las discusiones al respecto con José Pellicer, dirigente de la Columna de Hierro.

García Oliver destila antipatía hacia su figura, llamándolo “sindicalista jacobino, oscilando siempre entre los «tribunales de sangre» y los abrazos con los falangistas[15] dentro de un contexto en que critica a los militantes cenetistas valencianos en general por haber contribuido con su “revolucionarismo sui generis”,  a mantener las contradicciones  del treintismo que resistieron el empuje de la doctrina activista del anarquismo “faísta” barcelonés.

Cuenta Rodríguez Olozábal que la primera vista de la Audiencia de Valencia fue contra un padre y su hijo de condición derechista, y que el comité del pueblo de éstos decidió ir a Valencia a por ellos para darles el paseo. No querían “justicia burguesa”. Las gestiones telefónicas de Olozábal con este comité para impedir tal hecho no tuvieron ningún resultado hasta que Sánchez Requena tomó el teléfono:

[…] La conferencia telefónica se prolongaba mucho. Sánchez Requena adoptaba, en unos momentos, el tono persuasivo del camarada político y, en otros, el tono enérgico del dirigente, hasta que al fin lo vi agigantarse moralmente al decir con voz serena y firme resolución: “Si también vosotros os subleváis habrá que trataros como enemigos. Venid si os da la gana, pero si os acercáis a la cárcel tened la seguridad que no regresaréis al pueblo” Y colgó el teléfono.
No vinieron.

El padre fue condenado a muerte y el hijo a prisión.

Pero gracias a la celebración de aquel primer juicio, se había dado un paso importantísimo para el restablecimiento del orden, un paso que con el tiempo, permitiría salvar muchas vidas y que, por el momento, había permitido salvar la vida de un muchacho de dieciocho años. [16]

 

Detenido en Alicante al final de la contienda, fue condenado a muerte, pena conmutada más tarde por la de prisión. Estuvo encerrado en el convento San Miguel de los Reyes (Valencia). Ya en libertad, en 1945, algunos autores lo vinculan con el recién creado Partido Laborista[17] [18], organización favorable a la colaboración con la Organización Sindical franquista, heredera de un Partido Sindicalista que se montó en Cataluña recién finalizada la Guerra Civil que, salvo el nombre, poco tuvo que ver con el creado por Ángel Pestaña. Con el ex cenetista Eliseo Melis a la cabeza del pseudo PS[19], sus miembros, entre los  que se encontraban unos pocos  militantes del PS originario (Ricard Fornells, José Marín, Celso Vallejo y Pere Corrons), optaron por la colaborar con el régimen con el fin de salir de prisión o, simplemente, para evitar las duras condiciones de vida tanto en España como en  los campos de concentración franceses que les habían acogido al concluir la guerra de España. Los hubo que destacaron, tristemente, por ser confidentes de la policía.

Pero hay algo extraño en todo esto; a diferencia de Fornells y compañía, que habían regresado del exilio francés a las pocas semanas de concluir la guerra amparándose en la famosa declaración de Franco que aseguraba que nada debían temer quienes no tuvieran las manos manchadas de sangre[20], y que habían sido expulsados por colaboracionismo por el Presidente en el exilio del PS[21], Marín Civera, Sánchez Requena en 1945 continuaba afiliado al partido. De hecho, seguía enviando colaboraciones a los pocos números que se editaron en Francia de El Sindicalista, diario vocero del PS. Su primer número, fechado en febrero de 1945, publicó la nota de las expulsiones referidas.[22]

Sea cierta o no su vinculación con el régimen en los últimos meses de su vida, a buen seguro contribuyó a enturbiar el asunto las declaraciones del falangista Luis G. Santa Marina a favor de Joan Peiró en el consejo de guerra sumarísimo 1156-V, que condenó a muerte al sindicalista catalán. Dijo que había sido testigo de los contactos promovidos en 1934 por José Antonio Primo de Rivera y Julio Ruiz de Alda con Ángel Pestaña…

de cara a fusionar el Partido Sindicalista con Falange Española, cuyas conversaciones y proyectos de fusión fracasaron por incompetencia, ambición e intransigencia manifiesta de Ángel Pestaña contra el deseo y voluntad de sus correligionarios Peiró, Fornells y Sánchez Requena. [23]

 

Declaración que, aun siendo una muestra de buena voluntad para salvar su vida, es completamente falsa. Pero esto ya es otra historia.

Sánchez Requena murió en Valencia en noviembre de 1946.

Discurso de Pestaña

Escribiendo, anotando, durante un discurso de Ángel Pestaña

 

Desciende su palabra de la altura
con el ímpetu enorme del torrente:
Rápida lumbrarada de vidente
Rosada luz de la conciencia oscura…

¡Y cómo se agiganta su figura
cuando, con seco verbo contundente
hace brotar del caos del presente
la constructiva sociedad futura!

Es el Hombre en el hombre: Es el Poeta,
cuya estrofa nos tiembla en el oído
como en el blanco tiembla la saeta…

Ancha y bella la forma, no barroca:
Vivo manantial, el contenido:
¡La palabra esculpida en una roca![24]

 

Bibliografía:

Carrillo, W. (1945): El último episodio de la Guerra Civil española. Secretaría de publicaciones de las Juventudes Socialistas de España, Toulouse.
García Oliver, J. (1978): El eco de los pasos. Ruedo Ibérico, París

Herrerín López, Á. (2004): La CNT durante el franquismo. Clandestinidad y exilio (1939-1975). Siglo XXI, Madrid.
Íñiguez, M. (2008): Enciclopedia histórica del anarquismo español, Vol. II. Asociación Issac Puente, Vitoria.

Navarro Navarro, J. (2000): Diccionari biogràfic del moviment obrer als Països Catalans; Martínez de SAS, Mª Teresa y Pagès Blanch , Pelai (coord.); Ed. Abadia de Montserrat, Barcelona.

Pons Prades, E. (1974): Un soldado de la República. (Itinerario ibérico de un joven revolucionario.) Ed. G. del Toro, Madrid.

Rodríguez Olozábal, J. (1996): La administración de justicia en la Guerra Civil. Institució Alfons el Magnànim, Valencia

Santos Santos, M.C (2003): Ángel Pestaña “Caballero de la Triste Figura”; Editorial Académica Española, Saarbrücken (Alemania).

Téllez, A. (1972): La guerrilla urbana en España: Sabaté. Belibaste, París

Webgrafía:

Balcells, A.: “El consejo de guerra contra el dirigente cenetista catalán Joan Peiró en 1942. Un caso representativo y a la vez singular.” Revista Hispania Nova nº 2 (2001-2002).

Hebenstreit, Maria: “Desde la movilización revolucionaria hasta el “colaboracionismo”. Auge y caído del anarcosindicalismo en la siderurgia del Puerto de Sagunto (1930-1958)”; en X Congreso de Historia Contemporánea Santander, 16-17 de Septiembre 2010; p. 9 (consultado online el 18-10-2017).

Marhuenda, Á. G. (2017): “Vela, sindicalista emérito (1923-1937) [IX]”; en Dossier dedicado a Fernando Vela (consultado el 16-10-2017).

Rufián Melancólico: “Desafectos, derrotistas, quintacolumnistas y demás ralea”; en https://laverdadofende.blog (consultado el 16-10-2017).

 

Notas:
[0] «Deportados de Cuba»; en Eco de Santiago, 22-12-1919, Santiago de Compostela; p. 1.
[1] Navarro, Buenaventura (2008): La memoria necesaria. La historia de Puerto Sagunto, Vol. II. Puerto de Sagunto, Martínez Impresores; p. 200. Extraído de Hebenstreit, Maria (2010): Desde la movilización revolucionaria hasta el “colaboracionismo”. Auge y caído del anarcosindicalismo en la siderurgia del Puerto de Sagunto (1930-1958); en X Congreso de Historia Contemporánea Santander, 16-17 de Septiembre 201; p. 9 (consultado online el 18-10-2017.)
[2] Escisión en la CNT entre los partidarios de la revolución por la vía insurreccional ante una República tibia en lo social y contundente en materia de orden público, y los que preferían contemporizar con el nuevo régimen con el fin de preparar mejor a las masas de trabajadores,  mediante la educación y el ejemplo, para el cambio revolucionario. Toma su nombre del Manifiesto de los Treinta, firmado por Pestaña, Joan Peiró y 28 compañeros más, y publicado en la prensa en agosto de 1931.
[3] Navarro, Buenaventura (2008): La memoria necesaria…; Op. cit.;  p. 270.
[4] Partido Sindicalista (s/f): Actas del Pleno provincial celebrado los días 27 y 28 de Febrero de 1937. Ed. Guerri Colectivizada, Valencia; p. 10. Instituto Internacional de Historia Social (IISG), Ámsterdam: Sp 702 – Sp 715, Bro 153/8.
[5] “Mitin izquierdista en Almansa”; en Heraldo de Madrid, 11-2-1936, Madrid; p.4.
[6] Marhuenda, Á. G. (2017): “Vela, sindicalista emérito (1923-1937”; en Dossier dedicado a Fernando Vela, alacantobrer.wordpress.com (consultado el 17-10-2017).
[7] “Desde Levante. Dos conferencias”; en ABC, 27-9-1936, Madrid; p. 9.
[8] Partido Sindicalista (s/f): Actas… Op. Cit.; p. 11.
[9] Marhuenda, Á. G. (2017): “Vela, sindicalista emérito…”; Op. cit.
[10] “La conducta ejemplar del secretario general del Partido Sindicalista”; en La Libertad, 2-2-1939, Madrid; p. 2.
[11] “El nuevo subsecretario de la Presidencia del Consejo Nacional de Defensa sala para Madrid»; en La Libertad, 14-3-1939, Madrid; p. 2.
[12] Carrillo, W. (1945): El último episodio de la Guerra Civil española. Secretaría de publicaciones de las Juventudes Socialistas de España, Toulouse; p. 14.
[13] Rodríguez Olozábal, J. (1996): La administración de justicia en la Guerra Civil. Institució Alfons el Magnànim, Valencia; pp. 43-45.
[14] García Oliver, J. (1978): El eco de los pasos. Ruedo Ibérico, París; p. 347.
[15] Íbidem; p. 203.
[16] Rodríguez Olozábal, J. (1996): La administración… Op. Cit.; p. 45.
[17] Téllez, A. (1972): La guerrilla urbana en España: Sabaté. Belibaste, París; p. 43.
También Íñiguez, M. (2008): Enciclopedia histórica del anarquismo español, Vol. II. Asociación Issac Puente, Vitoria; p. 1569. Sin embargo, este último, en otro lugar, duda sobre lo que afirma: “…parece ser que su primer sostenedor [del Partido Laborista] fue Sánchez Requena” (p.1284).
[18] El Partido Laborista (1944-1947), organización favorable a la colaboración con la Organización Sindical franquista, fue una creación de algunos miembros del régimen, como el falangista Girón de Velasco,  para atraer a su Organización Sindical a antiguos militantes cenetistas y de otras organizaciones obreristas.
[19] Herrerín López, Á. (2004): La CNT durante el franquismo. Clandestinidad y exilio (1939-1975). Siglo XXI, Madrid; p. 27.
[20] Pons Prades, E. (1974): Un soldado de la República. (Itinerario ibérico de un joven revolucionario.) Ed. G. del Toro, Madrid; pp. 345-346.
[21] Santos Santos, M.C (2003): Ángel Pestaña “Caballero de la Triste Figura”; Editorial Académica Española, Saarbrücken, Alemania; p. 508.
[22] Ibídem.
[23] Sumarísimo 1156; folio 135. Extraído de Balcells, A.: “El consejo de guerra contra el dirigente cenetista catalán Joan Peiró en 1942. Un caso representativo y a la vez singular.” Revista Hispania Nova nº 2 (2001-2002).
[24] Soneto del poeta Pedro Luis de Gálvez dedicado a Sánchez Requena, amigo y compañero de partido.