Salvador Seguí no habló en el Ateneo de Madrid

Ser Histórico

Uno de los lugares comunes y polémicos del anarcosindicalismo, así como del independentismo catalán de izquierdas, es un discurso del Noi del Sucre en el Ateneo de Madrid, el 3 de octubre de 1919. Lo es porque entre otros asuntos, habló de catalanismo y de la Lliga Regionalista, y mencionó de pasada la independencia de Cataluña. Sin embargo, como trataremos de aclarar en las siguientes líneas, ese día no hubo ninguna conferencia en el Ateneo y Seguí no estaba en la capital.

Entre la última semana de septiembre y la primera de octubre de 1919, un grupo de representantes de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) catalana se desplaza a Madrid para dar una serie de conferencias. Llegan en gira de propaganda a uno de los feudos del socialismo y de la Unión General de Trabajadores (UGT), precisamente cuando el primero de octubre entraba en vigor la jornada laboral general…

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Impresiones sobre Pestaña de Nicolas Lazarévitch

Nicolas Lazarévitch (17 de agosto de 1895 – 24 de diciembre de 1975) fue un electricista de origen ruso nacido en Bélgica, trabajador de la construcción, corrector de pruebas, escritor y militante libertario y anacosindicalista. En un artículo publicado en 1931 en La révolution prolétarienne, escribía lo siguiente:

“Otro tema muy importante se planteó en el Congreso [de la CNT en el Teatro de la Comedia, Madrid, 1931] sin estar en la agenda. Es lamentable que, al no haber sido discutido en los sindicatos, fuera retirado de los debates después de que solo se escucharan dos intervenciones. Es cierto que una de ellas era de Pestaña.

Fue él quien, por cierto, planteó el problema marroquí. Pestaña temía que si la consigna de abandonar el Marruecos español se hacía realidad, ese país fuera inmediatamente invadido por franceses o italianos.

Pensaba que, en cualquier caso, los árabes tendrían una peor situación en la lucha de clases que la que tenían entonces. No veía suficiente fuerza árabe para resistir a las tropas francesas o italianas. Por tanto, recomendaba reclamar los mismos derechos para los árabes que los españoles, ante todo el derecho a la coalición y a la huelga.

Su tesis fue contrarrestada por la intervención de un anarquista que proclamaba ardientemente su apego al derecho de los pueblos a disponer libremente de sí mismos, y dejaba de lado las consideraciones realistas desarrolladas por Pestaña.”

L. Nicolas [Nicolas Lazarevitch] , “Articles pour La Révolution prolétarienne, 1931”, en À travers les révolutions espagnoles, Belfond, Paris: 1972, p. 190.

Gentileza de Frank Mintz

Layret visto por Pestaña en la prensa republicana catalana

(Traduccción)

Recordamos haber leído en algún sitio, para atenuar el efecto de la occisión, que Layret era el abogado incondicional de la Organización, y que en este cargo se amparaba para fines políticos y partidistas.

Con la afirmación más rotunda podemos negar tal supuesto. No es cierto. Y no pudo serlo por múltiples razones.

Layret intervino en múltiples procesos contra la Organización, porque ésta fue a pedírselo. Él nunca lo solicitó. Fue la CNT quien requirió sus servicios de abogado. Hay que decir, en honor a la verdad, que acudió tantas veces como fue requerido, y otras tantas aceptó sin necesidad de ruegos ni insistencias. La verdad, pues, es que Layret no era abogado de la Organización, sino un abogado que intervenía en sus procesos cuando para ello  era requerido. Que no es lo mismo.

En cuanto a que aprovechara el cargo de abogado para intervenir en las cosas de la Organización, tampoco es cierto. Quizá sea el único abogado que no lo ha hecho. En su despacho, y esto es algo que han afirmado siempre los que hablaban con él, raramente, y sólo de manera accidental, se hablaba de otra cosa que de la causa que llevaba a los comisionados. Algo que se explica perfectamente.

Hombre sensible, de una delicadeza excesiva, le habría parecido inoportuno e incorrecto aprovechar su ventajosa situación profesional en beneficio propio o de su partido. En la vida no faltan hombres a quienes repugnaría aprovecharse de situaciones parecidas, y Layret era uno de ellos.

Por esto, cargarle la responsabilidad de actos que no cometió, tanto por delicadeza personal, como porque las circunstancias lo determinaron así, no es piadoso que digamos tal cosa, y mucho menos todavía porque tal afirmación puede hacer dudar de la honradez de la intención que lo caracterizaba.

En este aspecto de las relaciones que tuvo con la Organización, no se desprende nada que pueda empañar su proceder. Obró siempre desinteresadamente. Defendió a los procesados cuando fue requerido para ello. No intentó nunca subyugar juntas ni individuos en benificio y provecho de su credo político y partidista.

Esta forma de proceder, la más lógica y razonable, sólo ha sido imitada por excepciones honradísimas. No obstante, sólo a Layret se le ha reprochado tan insólito procedimiento.

El restablecimiento de la verdad, y no otra cosa, es lo que hoy nos mueve a decir lo que decimos.

Ángel Pestaña: “Movimiento sindical y político en España”, Pravda, 1920.

El historiador Andrey Fedorov, arqueólogo especialista del Metropolitan Archaeological Bureau de Moscú, encuentra y traduce dos artículos que el anarcosindicalista leonés Ángel Pestaña publicó en el diario Pravda durante su viaje al Segundo Congreso de la Internacional Comunista, en el verano de 1920.

Es bastante conocido que Pestaña se llevó una pésima impresión de la revolución rusa en general. Lo mismo que sobre el Congreso en particular. La decepción del berciano fue tremenda al barruntar que los acuerdos allí adoptados estaban preparados de antemano. Pudo comprobar la inexistencia de actas y que no se respetaba el voto por países ni los 10 minutos de intervención de los delegados,tal y como se había acordado al principio. Además, la traductora se cansaba mucho al hablar 4 idiomas, ralentizando el ritmo, por lo que el leonés propuso el esperanto como idioma auxiliar. Nunca obtuvo respuesta.

En adelante se abstuvo en todas las votaciones y sólosubió a la tribuna para declarar que él representaba a un sindicato antipolítico. Comparando lo que presenció con el funcionamiento del Parlamento español, escribió:“Suprimamos el presidente del Congreso y pongamos en su lugar los componentes del banco azul, y tenéisorganizado un Congreso con su Praesidium” (Pestaña, Memoria al Comité Nacional de la CNT de su gestión como Delegado en el II Congreso de la Tercera Internacional, 1921).

Consideraba, por otro lado, que las normas morales que regían la conducta de los representantes extranjeros eran profundamente burguesas, lo cual no dudó en reprochar al mismísimo Lenin durante el transcurso de una entrevista:

¿Con qué derecho hablan de fraternidad esos delegados, que apostrofan, insultan e injurian a los hombres de servicio en el hotel, porque no están siempre a punto para satisfacer sus más insignificantes caprichos? A hombres y mujeres del pueblo los consideran servidores, criados, lacayos, olvidando que acaso alguno de ellos se haya batido y expuesto su vida en defensa de la revolución. ¿De qué les ha servido? Cada noche, igual que si viajaran por países capitalistas, ponen sus zapatos en la puerta del cuarto para que el “camarada” servidor del hotel se los limpie y embetune. ¡Hay para reventar de risa con la mentalidad “revolucionaria” de esos delegados!

Pestaña, Setenta días en Rusia, lo que yo vi, 1924.

El 7 de septiembre comenzará su viaje de vuelta y, tras ser detenido y encarcelado en Italia durante unas semanas, volverá a ser apresado en cuanto pise Barcelona, el 7 de enero de 1921. 

Su juicio, acorde con el parecer del anarcosindicalistafrancés Gastón Leval, asistente un año después al siguiente congreso de la Internacional Comunista en representación de la CNT, fue decisivo para que el anarcosindicalismo español deshiciera sus vínculos con la Internacional Comunista en la Conferencia de Zaragoza (1922). Sin embargo, conviene remarcar que la suya fue una decisión muy meditada; tanto fue así, que aún mantendría la necesidad de permanecer en la Internacional Comunista mientras no se encontrara otra manera más eficaz de ayudar al pueblo ruso.

Pasemos, pues, a reproducir el texto “Movimiento sindical y político en España”.

Caricatura aparecida en Mundo Gráfico en los años 30

Me gustaría describir en estas breves líneas la situación de la clase trabajadora en España, su movimiento sindical y político, para dar una idea de todo esto a los lectores de Pravda y a los trabajadores rusos.

En España, como en todos los demás países, hay dos corrientes entre el proletariado: la revolucionaria y la reformista. La primera trabaja bajo tierra y promueve la propaganda entre los trabajadores industriales y campesinos a través de la Confederación Nacional del Trabajo, una organización sindicalista-revolucionaria cuyo bastión principal se encuentra en Barcelona. Esta organización, que se basa en el punto de vista del comunismo y la lucha de clases revolucionaria, a fines de 1917 contaba con 70 mil adherentes, mientras que el último Congreso de la Confederación, celebrado en diciembre de 1919, contó con la asistencia de 525 delegados de toda España en representación de un millón de trabajadores. Así, la Confederación Nacional del Trabajo logró unir a casi toda la clase obrera de España en dos años, gracias a sus actividades y métodos de lucha.

Pero el gobierno español, alentado e inspirado por la burguesía, hizo todo lo posible para obstaculizar los éxitos de la organización sindicalista-revolucionaria; una semana después del congreso, a finales de diciembre, prohibió a la CNT y arrojó a los combatientes más populares a las cárceles, donde todavía están.

El celo con el que el gobierno español cumple su tarea, y cómo protege los intereses de la burguesía, puede juzgarse por el hecho de que más de 500 de nuestros camaradas están languideciendo en prisión, a pesar de que hemos logrado arrebatar a muchos de ellos de manos de la policía y gendarmes.

La CNT, obligada a trabajar ilegalmente debido a la persecución a la que ha sido sometida durante los últimos dos años, y dado que está prohibido trabajar legalmente, ha crecido en número, ha fortalecido su espíritu revolucionario, y así se convirtió en guía de un movimiento de liberación que difundió la clase obrera y los trabajadores de España.

Además de la CNT, en España existe la Unión General de Trabajadores, una organización sindical que se basa en el punto de vista reformista y es una rama del Partido Socialista español. Para mayor claridad, hablemos primero del Partido Socialista.

Fundado en 1890*, gozó de muy poca influencia entre el proletariado español. Si siguió existiendo, fue solo por la Unión General de Trabajadores. En los últimos años antes de la guerra, sin embargo, había crecido en número e influencia. Pero la guerra, primero, y luego la revolución rusa, mostraron cuán engañoso era el poder de este partido. Su crecimiento en los últimos años se ha hecho a expensas de los pequeños elementos burgueses, quienes, considerándose grandes demócratas, se declararon partidarios de la Entente; éstos eran la mayoría; algunos incluso hablaron a favor de la intervención, rompiendo con su pasado supuestamente socialista.

La guerra fue seguida por la revolución rusa, que produjo un efecto completamente opuesto en las filas del Partido Socialista español. El hecho de que los líderes del partido se declararan solidarios con las democracias de los países de la Entente impresionó a amplios círculos del partido, aunque no sacudió su unidad; pero cuando el partido se declaró neutral en relación con la revolución rusa, y a veces incluso la atacó, se formó una facción de izquierda, que comenzó a hacer más y más demandas al partido, insistiendo en que este último se declarara solidario con la causa de la revolución que tiene lugar en Rusia.

Pero todos los esfuerzos de estos camaradas se vieron afectados por el comportamiento del Comité Central, y en el último Congreso del partido, celebrado en Madrid en diciembre de 1919, la resolución de unirse a la Tercera Internacional fue rechazada, aprobándose la resolución de los llamados «reinstaladores» (Estrasburgo).

A partir de ese momento, una lucha feroz comenzó en las filas del partido, lo que de hecho llevó a que las Juventudes socialistas, que habían estado luchando para unirse a la Tercera Internacional, decidieran abandonar el partido y formar el Partido Comunista Español, que, desde su inicio, se unió a la Tercera Internacional.

Pero la lucha en el seno del Partido Socialista no terminó: a finales de junio, en un Congreso Extraordinario del partido, una mayoría bastante débil adoptó una resolución para unirse a la Tercera Internacional.

Y la Unión General de Trabajadores sigue al partido: hablar del partido significa hablar de ella.

En resumen, hay que decir que todas las fuerzas verdaderamente revolucionarias de España, la CNT y el nuevo Partido Comunista, deben ir de la mano en la lucha por la liberación del proletariado español.

ÁNGEL PESTAÑA

Pravda, nº163, 25.07.1920, Moscú.


* Pestaña se equivoca al fechar la creación del PSOE en 1990, ya que se fundó en 1879.

Ángel Pestaña, “El movimiento de mujeres en España”, Pravda, 1920.

Texto publicado originalmente en El Obrero. Defensor de los trabajadores (elobrero.es).

El historiador Andrey Fedorov, arqueólogo especialista del Metropolitan Archaeological Bureau de Moscú, encuentra y traduce dos artículos que el anarcosindicalista leonés Ángel Pestaña publicó en el diario Pravda durante su viaje al Segundo Congreso de la Internacional Comunista, en el verano de 1920.

Entre las resoluciones más trascendentales del Segundo Congreso de la Confederación Nacional del Trabajo, celebrado en el madrileño Teatro de la Comedia en 1919, encontramos la adhesión provisional de la CNT a la III Internacional (Komintern).

La idea inicial era enviar al asturiano Eleuterio Quintanilla y al sevillano Pedro Vallina, pero ambos rehusaron la propuesta, resultando elegidos los catalanes Eusebi Carbó y Salvador Quemades. No obstante, por tener más probabilidades de que alguno cumpliera su objetivo de entregar la adhesión y recabar información, dadas las dificultades para llegar a una Rusia aislada de Europa e inmersa en una cruenta guerra contra el Ejército Blanco contrarrevolucionario, en el último momento se le ofreció un puesto a Pestaña. De los tres, sólo él conseguirá llegar.

Tras pasar por París y Basilea, en Berlín recibió noticias de la apertura en Moscú del Segundo Congreso de la Internacional Comunista, y solicitó las credenciales de delegado a la CNT para poder representarla, que tardaron un mes en llegar. Al fin, el 25 de junio de 1929 se encontraba en la ciudad fronteriza de Narva (Estonia), desde donde cruzó la frontera.

Además de acudir a las sesiones del Congreso, Pestaña intervino en las sesiones previas destinadas a organizar la Internacional Sindical Revolucionaria (Profintern) y escribió tres artículos para el diario Pravda que hasta ahora permanecían sin localizar ni traducir. Reproducimos el primero de ellos, titulado “El movimiento feminista en España”.

Localizado y traducido al inglés por Andrey Fedorov.

Si se entiende el feminismo como la completa emancipación política y económica de las mujeres, dándoles plena libertad y la oportunidad de usar sus habilidades en diversos campos de la vida pública; si hablamos del movimiento de las mujeres, que tiene como objetivo la tarea de la completa liberación social de las mujeres de las cadenas del sistema capitalista, España tiene un amplio movimiento femenino. Pero si feminismo significa un movimiento que apunta a obtener el derecho al voto u otros derechos políticos, entonces ese movimiento es muy débil en España; se desarrolla principalmente entre los representantes de la clase pequeñoburguesa y los aristócratas, que han hecho una especie de deporte del movimiento de mujeres. Esta es la posición del movimiento de mujeres en España.

En cuanto a la situación general de las mujeres en España, recientemente ha sufrido cambios significativos. Cuando recuerdas cuán enorme es la religión en la vida de una mujer española, cómo la subyuga a sí misma, cómo destruye en ella todos sus deseos y esperanzas de liberación de la custodia masculina, uno debe admitir que ya se ha hecho mucho para liberar mujeres de todos los prejuicios y grilletes que oprimen su vida. Pero esto todavía es completamente insuficiente. Todavía hay mucho esfuerzo por delante. Pero, en cualquier caso, el caso ha comenzado.

Especialmente mucho se ha hecho en esta área por los sindicatos. En Barcelona, por ejemplo, los sindicalistas han demostrado mucha energía en el trabajo entre las mujeres. La industria más importante en esta ciudad es la textil, y emplea a 100 mil mujeres y niños. Hay 25.000 trabajadores textiles organizados en los sindicatos de Barcelona. En otras industrias, como la ropa, también hay decenas de miles de trabajadoras organizadas. Los sindicatos están haciendo mucho para educar a las mujeres, para librarlas de la esclavitud de la ignorancia y la sumisión en las que languidecen, y los resultados de este trabajo son muy significativos.

Se puede decir sin exagerar que todos los días las filas de mujeres combatientes se expanden y se embarcan en el camino de la lucha activa por su liberación social. Se acerca la hora en que una mujer en España ocupará el frente del proletariado en lucha, un lugar que sus esfuerzos heroicos se han ganado bien.”

Pravda, Moscú, 22.07.1920, №160.

Ricardo Baroja y Nessi

Ricardo Baroja Nessi (Minas de Ríotinto, Huelva, 12 de enero de 1871 – Vera de Bidasoa, Navarra, 19 de diciembre de 1953) fue un pintor, actor y escritor español, hermano del novelista Pío Baroja. Destacó como aguafuertista y grabador.

No es este el lugar para repetir su biografía ni de repasar su actividad artístico-literaria (clickar su nombre). Nos limitaremos, pues, a hacer un breve repaso de su trayectoria política, la de un republicano que, como tantos otros, se fue acercando al anarquismo.

Ricardo Baroja en el Museo San Telmo de San Sebastián, en 1938. Fuente: Wikipedia.

A comienzos del siglo XX parece ser que se relacionó en la bohemia con militantes y simpatizantes libertarios, entre ellos Mateo Morral, cuyo cadáver tomaría como modelo para uno de sus aguafuertes. En 1912 consta su afiliación en Madrid al Partido Republicano Radical de Alejadro Lerroux, siendo elegido Vicepresidente primero del Distrito de Palacio. Dicha vinculación se alagará hasta los primeros tiempos de la II República, momento en que, tras renunciar a su puesto de Secretario de Exposiciones de Bellas Artes, se presenta a las elecciones generales de junio de 1931 en la “Candidatura del Pueblo” junto a otros republicanos de extrema izquierda: Ramón Franco, José Verdes Montenegro, José Martí, Pablo Rada, Rodrigo Soriano, Ramón Calamanzano, Sixta Carrasco y Felipe Sánchez Román, Rosa Martín de Antonio, Alberto Vayo y María Zambrano. Ya a finales de la Dictadura de Primo de Rivera, en París, se había relacionado con elementos relacionados con los intentos revolucionarios de Jaca y Cuatro Vientos, quienes le proporcionaron propaganda y una ametralladora para pasar a España.

En los años de la II República fue habitual su colaboración en el periódico republicano madrileño La Tierra, donde el 31 de mayo de 1931 ya publicó la carta de dimisión como Secretario de Exposiciones de Bellas Artes. Al año siguiente comenzó a escribir la serie “De buena fe” en El Imparcial, desde donde lanza severas críticas contra la República y los hombres del régimen, entre ellos su otrora amigo Manuel Azaña.

En agosto de 1933 retornó e intensificó su colaboración en La Tierra a través de la columna “Ventana abierta», la cual duraría un año (110 textos). Se va impregnando entonces de las ideas de su director, Cánovas Cervantes, curiosa mezcla de republicanismo radical, anarquismo y esencialismo ibérico; tanto es así, que Baroja se presenta en la capital a las elecciones de noviembre de 1933 en la candidatura conjunta de La Tierra y el Partido Social Ibérico, pequeña formación de corte anarquizante, escisión del Partido Social Revolucionario de José Antonio Balbontín, que se presentó en Sevilla y Madrid. Lo interesante de esta organización es que ya propuso el municipalismo político y la sindicalización de la producción como formas de organización del cambio revolucionario.

No en vano, muchos de sus militantes entrarán más tarde en el Partido Sindicalista de Pestaña. Baroja hará lo propio tras un breve paso por el partido republicano de Diego Martínez Barrio, de nuevo siguiendo la orientación de La Tierra. Así, el 23 de mayo de 1935, Baroja debía dar una conferencia en el local del Partido Sindicalista en Madrid ( c./ Isabel la Católica 17, entresuelo ), pero finalmente fue suspendida por la Dirección General de Seguridad. A mediados de junio pudo llevarse a cabo con la asistencia de 54 personas. Y en septiembre de ese mismo año acude en Madrid a un acto de presentación de El Sindicalista, vocero del PS, donde encontramos artículos suyos.

No obstante, no formó parte de los cuadros del partido ni encontramos su nombre en ningún pleno. Después del golpe de julio de 1936 se refugió en “Itzea”, la casa de los Baroja en Vera de Bidasoa, comenzando un período en que tuvo que afrontar pintando el problema diario de la supervivencia.

Bibliografía


– Barona Martínez, Carlos: “Ricardo Baroja en La Tierra: una política anarquista (1931-1935)”, en Ruiz Carnicer, M.A. y Frías Corredor, C. [coords.] (2001): Nuevas tendencias historiográficas e historia local en España: actas del II Congreso de Historia Local de Aragón (Huesca, 7 al 9 de julio de 1999). Disponible en https://issuu.com/diputacionprovincialdehuesca/docs/tendencias_historiogr_ficas (consulta: 1-5-2020).

– Caro Baroja, Pío: «Ricardo Baroja Nessi», portal de la Real Academia de la Historia. disponible en http://dbe.rah.es/biografias/7910/ricardo-baroja-nessi (consulta: 1-5-2020).

– García de Juan, Miguel Ángel: «Ricardo Baroja, El Imparcial y el debate del Estatuto de Cataluña de 1932», Sancho el sabio: Revista de cultura e investigación vasca, Nº 39, 2016, pp. 91-116. Disponible en https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5748521 (consulta: 1-5-2020).


– Santos Santos, María Cruz (2012): Ángel Pestaña “Caballero de la Triste Figura”. Stuttgart: Editorial Académica Española.

Hemeroteca digital BNE


La Libertad, Madrid, 25.5.1935.

La Revista Blanca, Madrid, 14.6.1935 

– El Heraldo 25.9.1935.

«La casita blanca», primer texto original de Ángel Pestaña

El 19 de mayo de 1910 ya encontramos su primer artículo de prensa, aparecido en el semanario anarquista Tierra y Libertad y titulado «El comunismo entre los mormones»; sin embargo, este texto no es sino la transcripción de otro aparecido en francés en el diario Le Cri d’ Alger (Santos, 2012).

«La casita blanca» también fue escrito desde Argel, donde residió el berciano desde 1909 hasta 1914. Apareció en Pro-Patria, semanario español de unión franco-española y alianza latina, dirigido por Francisco de Asís Cabrera, un militar alicantino veterano de la Guerra de Cuba, y cuyo nombre evoca una organización irredentista italiana paralela. Desconocemos cómo Pestaña llegó a publicar el texto y no volvió a colaborar más con dicha publicación.

Fuente: https://gallica.bnf.fr

LA CASITA BLANCA

Después de haber concluido mi trabajo cotidiano, salí de mi casa en busca de oxígeno para mis pulmones y entretenimiento de mis pensamientos.

Me encaminé hacia la Villa. Durante mi camino, ni las carcajadas sonoras de las mozas que pasaban por mi lado, ni el continuo ir y venir de las gentes de negocios, marchando con rapidez acelerada, ni el chasquido que produce el látigo del carretero cuando arrea, ni el incesante tran tran de los tranvías eléctricos, podían sustraer de mi mente el pensamiento que la ocupó todo el día. Todo esto pasaba por mi lado o ante mi vista sin que yo le prestara atención, molestándome en vez de distraerme.

Después de haber cruzado algunas calles, apareció ante mi vista el puerto y en su bocana un vapor que majestuoso avanzaba con rumbo al punto de su amarre. Sobre cubierta todo era agitación; el Capitán, desde el puente, daba órdenes que los marineros ejecutaban con rapidez; los pasajeros hablaban con animación, los unos recordando su anterior estancia en Argel, los otros elogiando el panorama que presenta la Villa y sus alrededores, admiración que produce a los que llegan a esta capital africana, en la que tanto sufrió el inmortal Cervantes.

Todo esto, aunque me llamó la atención, no logró despejar mi cerebro, no obstante su atractivo, y dirigí mis ojos hacia el horizonte, hacia la inmensa llanura de agua, pues era ella, sólo ella, la que me separa del terruño que me vio nacer; ella la que me separa de aquella blanca casita, en la que mi idolatrada madre arrulló los primeros sueños de mi infancia y por la que tanto suspiro.

Me parece que fue ayer cuando mi padre nos dijo: «No hay más remedio, hijos míos: es necesario abandonarlo todo, las necesidades obligan; grande es el amor que tengo a estos árboles que me dieron sombra cuando en los momentos de reposo os tenía en mis brazos después de regresar del campo. Siempre suspiraré por ti, ¡oh, pequeña y blanca casita de mis amores!, cuando en país extranjero vengan las horas de melancolía y me acuerde de los plácidos días pasados bajo tu techo; pero es necesario… es necesario…». Y un raudal de lágrimas inundaba las tostadas y ya arrugadas mejillas de aquel pobre campesino; pero no había más remedio que abandonarlo todo… ¡No lo había!

Aquellas palabras, aquel llanto lo tengo grabado en mi memoria con carácteres imborrables, y aquel amor al terruño, a la casita blanca, lo tengo en mi corazón. Nada han podido hacer por extinguirlo los años de ausencia forzosa, lo siento en mí y en vez de disminuir con el tiempo, se desarrolla en mi alma con una pasión asombrosa.

¡Oh, amor al terruño! ¡Oh, recuerdo grato de mi casita blanca!

Ángel Pestaña,

Argel y julio de 1910.

Pro-Patria, núm. 4, 7 de julio de 1910, pp. 13-14. Disponible en: https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k6337390c/f13.item.r=%C3%A1ngel%20pesta%C3%B1a.zoom (consulta: 22-2-2020).

Bibliografía:

VILAR, Juan Bautista (1989), Los españoles en la Argelia francesa (1830-1914). Murcia: Universidad, Centro de Estudios Históricos, CSIC.

SANTOS , María-Cruz (2012): Ángel Pestaña “Caballero de la Triste Figura”.Sttutgart: Editorial Académica Española.

Fernando Mata Povedano (1901-1936)

Militante confederal, maestro racionalista y Alcalde de Montemayor (Córdoba) en 1936.

Biografía descargada de http://www.todoslosnombres.org. Autor: José Francisco Luque Moren.

Fernando Demetrio Mata Povedano nació en Montemayor, en la calle Horno Viejo [actual Sebastián Garrido], número 42, a las ocho de la noche del día 22 de diciembre de 1901. Era hijo de José María Mata Serrano y de Cándida Povedano López.

Estudió durante un tiempo con los curas, fue monaguillo de la parroquia y su vida parecía encaminarse hacia el sacerdocio, aunque abandona esta orientación de forma drástica. En 1918, con 17 años, aparece como afiliado al Centro Instructivo Obrero de Oficios Varios, de significación anarquista, con el número 197.

Durante la dictadura de Primo de Rivera, en la que el poderoso movimiento obrero cordobés sufrió una fuerte merma, el Centro Obrero subsistirá, siendo presidido en 1924 por Fernando Mata Povedano. Este mismo año solicitó y obtuvo del Rectorado del Distrito Universitario la autorización para establecer una escuela primaria particular de niños en el Centro Obrero, oficialmente nominada Escuela de niños Nueva o Colegio de Educación Científica y Racional. Fernando Mata Povedano era el director y maestro particular encargado de la misma. Además, era corresponsal en Montemayor de la Librería Luque, de la que adquiría libros para sí, para su labor instructiva y para venderlos, tanto en la localidad como en poblaciones de los alrededores durante sus ferias, a las que se desplazaba en bicicleta. Muchos de ellos los regalaba a sus alumnos que, aún hoy día, ya mayores, lo recuerdan con un especial cariño.

El 22 de junio de 1927 contrajo matrimonio con María de los Ángeles Basilia Mata Carmona. Por entonces, estaba domiciliado en la calle Barrera número 25.

En 1928 envía dinero para una campaña pro presos anarquistas a La Revista Blanca. En la localidad, desde mediados de 1929 se aprecia un proceso de revitalización del elemento obrero, al reanudar el Centro Instructivo Obrero de Oficios Varios su tarea negociadora de las condiciones laborales con los patronos y en el otoño de 1930, período de gran virulencia social, la lucha alcanzará renovados bríos con la declaración de una huelga general para el 3 de octubre. Por entonces, Fernando Mata Povedano era el secretario de la sociedad.

En la madrugada del 23 de enero de 1931, aunque no queda constancia de los motivos, será detenido en el Arresto Municipal por disposición del Gobernador Civil junto a 7 vecinos más, en lo que parece ser la Junta Directiva, o al menos la mayor parte, del Centro Instructivo Obrero de Oficios Varios.

Para entonces, Fernando Mata Povedano y su familia residían en la calle Capilla [Juan Pedro Carmona], en la planta de arriba del domicilio social del Centro Obrero, donde continuaba desempeñando la labor de maestro particular en su escuela, recibiendo por esta labor 3,50 pesetas diarias. Aunque contaba con cobertura legal desde años anteriores, su funcionamiento se autorizó legalmente durante la II República por una disposición del Consejo Provincial de Primera Enseñanza de 2 de diciembre de 1931. Su mujer se encargaba de la limpieza de las dependencias del Centro y para entonces el matrimonio tenía una hija, Helia.

1- Fernando Mata Povedano, concejal.

De ideas anarcosindicalistas, participa como candidato -al igual que muchos otros montemayorenses de esta misma ideología- en las elecciones municipales de 12 de abril de 1931, siendo el cuarto concejal electo más votado, con 318 sufragios.

Fernando Mata Povedano fue nombrado Primer Teniente de Alcalde. De su actuación política en el Ayuntamiento cabe reseñarse que fue designado vocal concejal de la Junta Conciliadora del Arbitrio sobre productos de la Tierra, Utilidades de Comercio e Industria y profesiones; presidente de la Comisión de Hacienda; formó parte de la Comisión de fiestas de la Feria de 1931 a 1934 y, a pesar de las escasas posibilidades económicas existentes, a propuesta suya se acordó la confección de un listado de familias pobres con derecho a asistencia médico-facultativa gratuita. Asimismo, será designado para formar parte del Consejo Local de Primera Enseñanza en representación del Consistorio.

A primeros de 1932 fallece su pequeña hija Helia, siendo su sepelio laico. En la sesión de 14 de enero y a propuesta de la Presidencia, la Corporación hizo constar su sentimiento por esta pérdida. Ese año formó parte de la Comisión creada para la celebración del Día del Libro y de la Junta para la consecución de una Biblioteca Municipal, proyecto que no se conseguirá hasta 1936.

En 1933, se personará en Madrid junto al Alcalde, Rafael Porras Berral, para gestionar en los Ministerios de Agricultura y de Instrucción Pública tanto la ocupación temporal del cortijo de Mingo Hijo como la solicitud de la subvención para la construcción del grupo escolar.

En la sesión de 18 de octubre de 1934, será suspendido de sus funciones de concejal, junto a ocho ediles propietarios más, por el Gobernador Civil, José Gardoqui y Urdanivia. Este mismo año ingresará en el recién creado Partido Sindicalista de Ángel Pestaña Núñez.

Tendrá una activa participación en la campaña electoral para las elecciones legislativas de 16 de febrero de 1936. El día 26 de enero presidió un mitin del Frente Popular en el Centro obrero en el que tomaron parte oradores comunistas y socialistas y fue interventor de esta candidatura.

2- Fernando Mata Povedano, Alcalde.

El programa del Frente Popular incluía la reposición de los Ayuntamientos elegidos en las elecciones de 12 de abril de 1931. En la sesión extraordinaria de 20 de febrero se reintegran los 9 ediles hasta ahora suspendidos gubernativamente, entre ellos Fernando Mata Povedano, que en la sesión de 21 de febrero propone y se acuerda por unanimidad dirigir un telegrama de salutación al Presidente del Consejo de Ministros, pidiéndole la libertad de los presos políticos y sociales y un alojamiento forzoso de los obreros en paro de la localidad. En la sesión extraordinaria de 22 de febrero resulta elegido Alcalde por unanimidad tras la renuncia de Antonio Carmona Jiménez, designado en la sesión del día anterior. Fernando Mata Povedano también ocupará la presidencia de la Comisión de Hacienda.

Para entonces, tenía 34 años y era padre de una hija. Continuará desarrollando su labor docente, aunque rebaja la cuota del alumnado a la mitad.

En los apenas cinco meses que estará al frente de la Alcaldía, llevará a cabo un impulso de las obras públicas y de la Reforma Agraria para paliar los efectos del paro estacional, conseguirá el inicio de la ejecución de un grupo escolar y desarrollará una política de arbitraje en la problemática social entre patronos y obreros.

En cuanto a la Reforma Agraria, el 5 de abril una comisión integrada por Fernando Mata Povedano en su condición de Alcalde, el Secretario del Ayuntamiento y dos integrantes del Comité del Frente Popular de la localidad se trasladó a Madrid a gestionar la aplicación inmediata de la Reforma Agraria en Montemayor ante el Director General del Instituto de Reforma Agraria, consiguiendo el asentamiento de 54 cabezas de familia en el cortijo de Mingo Hijo.

La actuación estrella de la Corporación municipal durante el período del Frente Popular fue la adjudicación y el inicio de la ejecución del grupo escolar, que a propuesta del Alcalde se acordó que llevara el nombre de Francisco Ferrer Guardia. Fernando Mata Povedano será el alma mater de este proyecto que, tras una tentativa fallida en 1931 por la falta de firmeza para acometer una operación de crédito, iniciará su recorrido con una moción suya presentada al pleno el 4 de agosto de 1932. El proyecto, obra del arquitecto e histórico dirigente socialista Francisco Azorín Izquierdo, tendrá un recorrido largo y plagado de obstáculos, quedando paralizado tras la suspensión de los 9 concejales depuestos por el Gobernador Civil. Hubo que esperar a la reposición de los concejales suspendidos para que se aprobase el expediente de construcción y la celebración de la subasta para la contratación de las obras, iniciándose su construcción el primero de junio. Sin embargo, el Golpe de Estado imposibilitará que esta obra llegue a ser una realidad, ya que se abortó la misma por las autoridades del Nuevo Estado. Tendrán que pasar más de 40 años para que Montemayor disfrute de una cosa parecida. Con esta pérdida, Montemayor se vio privado de un proyecto destinado a erradicar el analfabetismo infantil.

3- La detención y el asesinato.

Al anochecer del sábado 18 de julio de 1936, unos números de la Guardia Civil al mando del Teniente Cristóbal Recuerda Jiménez procedentes de Fernán-Núñez se trasladan en automóvil hasta Montemayor. Se dirigen en primer lugar al Ayuntamiento, donde detienen a Fernando Mata Povedano. Junto a 8 vecinos más, será trasladado a la cárcel de Córdoba, siendo asesinado el 26 de septiembre de 1936 y enterrado en el Cementerio de San Rafael.

Con su asesinato se borraba de la historia su figura política y su labor en el ámbito de la instrucción pública: el Grupo Escolar Ferrer Guardia y la escuela de niños del Centro Instructivo Obrero de Oficios Varios. Esta sociedad contaba con una biblioteca compuesta de un centenar de libros, que también acabó siendo quemada, salvo los volúmenes que fueron requisados.

Hubo que esperar al lunes 22 de octubre de 2007 para que su figura obtuviera un reconocimiento público. Dentro de la Jornada sobre Educación y Memoria Histórica, organizada por las Consejerías de Educación y de Justicia y Administración Pública de la Junta de Andalucía, en el Palacio de Congresos de Granada se le rindió un homenaje junto a casi medio millar de aquellos maestros y maestras que fueron represaliados. Su hija Herminia recibió un diploma con el siguiente texto:

El Pueblo Andaluz y en su nombre el Presidente de la Junta de Andalucía quiere rendir homenaje, con toda solemnidad, honor y reconocimiento, a D. Fernando Mata Povedano por su entrega a la educación, la causa de la libertad y la democracia durante la IIª República, la Guerra Civil y la dictadura franquista.

Su compromiso en aquellos años, es hoy ejemplo de generosidad y auténtico amor a la patria. Con su esfuerzo, que mantuvo viva la llama de la libertad, nació la España democrática de hoy, testimonio vivo de su tenaz lucha por defender la convivencia de los hombres y mujeres libres.

Por todo ello, y como símbolo de recuperación de nuestra memoria histórica, el Pueblo Andaluz les tendrá gratitud infinita y siempre permanecerán como ejemplos de dignidad y valentía.

Gracias a esta pedagogía obrerista y emancipadora representada en Montemayor por Fernando Mata Povedano, el jornalero por primera vez se sintió persona. Ni que decir tiene que este cambio de roles no fue aceptado por el dominador tradicional, que afiló sus armas a la espera de la ocasión propicia: el 18 de julio de 1936. Se truncaba así aquella pedagogía y se aniquilaba aquel protagonismo de la masa. Por ello se persiguió con saña y se asesinó a los maestros laicos, modernos, librepensadores, progresistas o racionalistas. Figuras como Fernando Mata Povedano, José Sánchez Rosa, Antonio Muñoz Benítez, Benito Córdobés Erencia y tantos otros, sin más carga acusatoria que haber instruido a los humildes del agro andaluz

Enrique Rueda, «Rodín»

Enrique Rueda López, veterano cenetista del Sindicato de la Metalurgia de Barcelona, Sección lampistas.

Según Íñiguez era andaluz. Aunque pronto se trasladó a Barcelona, donde aprendió y usó el catalán habitualmente. También se integró en la lucha obrera de la ciudad; fue uno de los organizadores de la huelga de metalúrgicos de Barcelona acontecida en 1910.

En 1912 lo encontramos en el Centro Obrero de la calle Ponent. Buen orador, participó en el gran mitin pro presos junto a Eduardo Barriobero, Bru Lladó y otros confederales. El 8 de agosto del año siguiente 1913 habló en un mitin en Sabadell con motivo de la huelga del ramo textil, así como en otros acontecidos en Terrasa, Manresa, etc.

Desde mediados de 1916 hasta marzo de 1917 fue miembro del Comité Regional de la Confederación Regional del Trabajo de Catalunya (CRTC), cuyo secretario era Francesc Miranda. Cayó preso en 1916, pero al año siguiente lo encontramos de nuevo mitineando.

En el entorno de Ángel Pestaña, participó en el comité organizador del Congreso de Sants, en 1918, en que representó a los lampistas de Barcelona. Participó en su mitin final junto a Seguí, Pestaña y Ricard Fornells, subrayando la importancia de la mujer en el movimiento obrero.

En enero del año siguiente fue otra vez detenido a causa de la huelga de La Canadiense y trasladado al acorazado Pelayo. En 1920 lo encontramos en reuniones clandestinas en Barcelona en favor de la huelga de diciembre. Tomó parte entonces en el Pleno regional de Sindicatos organizado en la ciudad para discutir medidas que contrarrestaran la represión, donde se opuso enérgicamente a la propuesta de la Delegación de Badalona que planteaba la posibilidad de que cada vez que se asesinara a un militante de la CNT se secuestrara a cinco personalidades importantes de la población afectada. Al iniciarse el período represivo contra la CNT encabezado por Martínez Anido, en noviembre, volvía a ser miembro del Comité Regional del CRTC. A finales de año es deportado en el barco Giralda, que parte desde Barcelona a La Mola de Mahón (Menorca), junto Salvador Seguí, «El Noi del Sucre», y 34 presos más.

Liberado, decidió apartarse de la lucha sindical y poco después se afilió al Partido Federal. Se presentó a las elecciones municipales de abril 1931 como candidato por el barrio de La Torrassa (L’ Hospitalet de Llobregat), saliendo derrotado. Repitió como candidato en las siguientes elecciones, pero desechó el proyecto al ser abucheado en diferentes actos y recibir una paliza por parte de un grupo de obreros.

Se adhirió al pestañismo. Cuando estalló el golpe de Estado de julio de 1936 se alistó en las milicias del PS y marchó al frente de Aragón en la Columna Medrano. Regresó a Barcelona en septiembre desde el frente de Huesca.

Imagen de cabecera. Acompañando a Pestaña en una visita al President Companys a finales de junio de 1937, durante la crisis de gobierno de la Generalitat. No tenemos la certeza absoluta de que sea él, pero es muy probable que así sea.

En enero de 1937, cuando se refunda el Comité Local del PS con el Regional, pasará a ser su vicepresidente. Acompañó a Pestaña en una visita al President Companys a finales de junio de 1937, durante la crisis de gobierno de la Generalitat (foto). Ese año también fue redactor, administrador y director accidental de los periódicos voceros del PS en Cataluña: Hora Sindicalista y, su sustituto desde agosto, Mañana. En la portada de la primera edición de este último firmó un apasionado artículo titulado Yo acuso, en que denuncia a los generales sublevados como responsables de la guerra.

Colaboró también en las publicaciones La Voz del Pueblo de Tarrassa (1913),  El Obrero Moderno de Igualada (1917-1918) y Solidaridad Obrera de Bilbao (1920). Además, es autor de la novela social Memoria de pecado (1937), prologada por su amigo Pestaña.

Encarcelado tras la guerra, el 11 de abril de 1940 pasó a disposición del Tribunal de Responsabilidades Políticas de Barcelona.

FUENTES

– “Congreso del Partido Sindicalista. Sesión de la tarde”, La Vanguardia, 23-5-1937, Barcelona, p. 5.

– “El Partido Sindicalista en el frente”, La Vanguardia, 13-9-1937, Barcelona, p. 2.

«Informes sobre militantes de partidos políticos y sindicatos». Archivo Histórico Nacional. FC-CAUSA_GENERAL, 1586, Exp.7.

– Memoria del Comité regional de Cataluña presentada en el Primer Congreso de la Federación Catalana del Partido Sindicalista. Centro Documental de la Memoria Histórica. PS-BARCELONA, 1470, 003.

– Circular del Comité de la Federación catalana del PS firmada por Francesc Callol a Enrique Rueda. Centro Documental de la Memoria Histórica. PS-BARCELONA, 1470, 008.

– BUENACASA, Manuel (1977): El movimiento obrero español, 1886-1926. Historia y crítica. Madrid: Júcar.

– ÍÑIGUEZ, Miguel (2008): Enciclopedia histórica del anarquismo español, vol. II. Vitoria: Asociación Isaac Puente.

– MANENT I PESAS, Joan (1976): Records d’un sindicalista llibertari català. Edicions Catalanes de París.

-PAGÉS BLANCH, Pelai: “Enric Rueda i López, Rodín”, en PAGÉS BLANCH, Pelai; MARTÍNEZ DE SAS, María Teresa [coords.] (2000): Diccionari biográfic del moviment obrer als Països Catalans. Barcelona: Universitat de Barcelona y Publicacios de l’abadia de Montserrat.

–  SANTOS SANTOS, María-Cruz (2012). Ángel Pestaña, Caballero de la Triste Figura. Sttutgart: EAE.

– Diccionari de Sindicats, Sindicalistes i de la Història del Moviment Obrer de Catalunya (dels orígens fins l’any 1939). En http://www.veuobrera.org (consulta: 26-5-2019).

Una nota autobiográfica de Juan López

Reproducimos una interesante nota autobiográfic de Juan López Sánchez (Bullas, Murcia 1900 – Madrid, 1972), obrero de la construcción, cenetista del sector más sindicalista y Ministro de Comercio durante el segundo gobierno de Largo Caballero.

Viene a confirmar que Ángel Pestaña redactó el borrador del Manifiesto de los Treinta, que apareció en L’Opinió de Barcelona, el 30-VIII-1931, y dos días después en el diario madrileño La Tierra.

 

Datos biográficos.

Escritos en la prensa obrera desde 1921. En casi todos los periódicos cenetistas que se han publicado en España, casi siempre con seudónimo. De los que recuerdo, los que usé con más frecuencia son: Noy, Juan de la Rosa, Juan de Tenas, Ovidio de Abajo, Lorenzo Cué (fuera de España, Lorenzo Valentín).

Fui director del semanario Acción de Barcelona, revista Mañana (1930), Sindicalismo (1932-1935), hice Combate Sindicalista (Valencia 1935-1936).

Durante la guerra fundé Fragua Social y fui redactor hasta el final de la guerra.

El texto Manifiesto de los 30 fue redactado por Ángel Pestaña, pero sirvió de base para su discusión; y la redacción definitiva la dieron Progreso Alfarache, Ricardo Fornells y Agustín Gibanel.

 

Notas manuscritas con apuntes biográficos de Juan López. Archivo General de la Región de Murcia, JLS, 999/1, 1/. Disponible en: https://archivoweb.carm.es/archivoGeneral/arg.mostrar_visor3?idses=0&id=2301874

En un mitin durante la Guerra Civil. Foto: Fernández Vega