
Ángel Pestaña no veía los toros desde la barrera. Ni mucho menos. La patronal catalana había puesto precio a su cabeza: Muntadas, miembro de la familia propietaria de La España Industrial, Sociedad Anónima Fabril y Mercantil, aportó 23.000 pesetas para eliminarlo; y Ramón Sales, carlista y presidente del Sindicato Libre, se encargó de la inteligencia. Pagaron a un vecino de la familia Pestaña, residente en la calle San Jerónimo 11, para poder establecerse en su casa con el fin de acribillarlo en la escalera.
Por fortuna, Pestaña se había desplazado a Tarragona para dar una conferencia en el Coliseo Mundial. Era el 10 de enero de 1920. Tras el acto fue a cenar con buena parte de los compañeros asistentes, y al grupo se acercó un periodista del diario La Publicidad, que había seguido el acto, para informarles de que su director le había mandado un cable donde explicaba que el conferenciante había sido detenido en la frontera en posesión de dinero y documentación importante. El episodio, un tanto cómico, les permitió enterarse de que el Gobernador Civil de la provincia había ordenado su detención y la Policía andaba pisándole los talones, por lo que huyó de inmediato y permaneció escondido unos meses en una masía de un pueblo de la provincia. Todo lo cual, sin saberlo, lo puso también a salvo de los esbirros de la patronal.
Pestaña abandonará la masía tras ser requerida su presencia por el Comité nacional para una reunión a fin de tratar algunos asuntos, entre ellos el viaje a Rusia. Para no ser descubierto por la policía se desplazó hasta la estación de tren vestido de payés, con blusa, faja, gorra de seda, alpargatas y un cesto de aves, y de esta guisa se plantó en la estación de Sants de Barcelona, donde lo esperaba Martí Barrera. De allí acudieron a cenar a casa de la compañera Francisca Saperas, donde les esperaba también Salvador Seguí.
En su escondite escribió El Terrorismo en Barcelona, que salió a la luz en marzo de 1920, poco antes de que su autor emprendiera su viaje a Rusia. Es el primer número de una serie de folletos editados por el Centro de Estudios Sociales (CES) de Tarragona, impreso en la imprenta Gutenberg, proyecto colectivo que reunía en la capital catalana a un selecto grupo de cenetistas (Plaja, Aláiz, Tribó, Cinca y Barjau, entre otros), que retomó la publicación del diario anarquista Fructidor, órgano de las sociedades obreras de la provincia, y recibió, además, algunos encargos de la Organización.
La obra denuncia la confusión interesada de que algunos diputados habían hecho gala en el Parlamento, identificando el sindicalismo con el terrorismo; algo –según el autor— que hubiera dado risa si no fuera por el dolor y los males que generaba. Fue reeditada en 1978 por la editorial Calamus Scriptorius junto con El sindicalismo en Cataluña, conferencias transcritas de Pestaña y Seguí.
Bibliografía:
DE LERA, Ángel María (1978): Ángel Pestaña. Retrato de un anarquista. Barcelona: Argos Vergara.
FOIX i CASES, Pere (1957): Apòstols i mercaders. Quaranta anys de lluita social a Catalunya. México: Edicions de la Fundació Sara Llorens de Serra.
SORIANO JIMÉNEZ, Ignacio Clemente (2016):L’anarquisme a Tarragona (1917-1924). Formós Plaja i Carme Paredes. Tarragona: Publicacions Universitat Rovira i Virgili.
Se puede descargar la obra en http://www.cervantesvirtual.com/buscador/?q=%C3%A1ngel+pesta%C3%B1a
