Capítulo dedicado al escritor gerundense de mi libro Cruces de bohemia (Vidal y Planas, Noel, Retana, Gálvez, Dicenta y Barrantes), Zaragoza, UnaLuna, 2001, pp. 21-49, aportando algún dato nuevo y actualizando la bibliografía.
En sus ojos castaños arde un claro destello
del amor al humilde, de que su alma está henchida;
y en su pálido rostro, varonilmente bello,
puso un rictus profundo de tristeza la Vida.
¡Pobre artista exaltado, tan noble como un niño,
que solloza sus penas en el antro del Mal,
y que andando entre fango, como el cándido armiño,
mantiene terso y puro su espíritu cordial!
Son sus horas de angustia; con su saña felina,
al pasar, implacables, le clavan una espina
en su carne sensible que trasciende amargura.
Mas la dulce esperanza de un futuro glorioso
le permite ir cubriendo su camino penoso
con las sedas lucientes de su hermosa locura.
(Vicente S. Medina)
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